Más de 3.000 personas salieron ayer a la calle en Abarán para ser testigos de un hecho histórico, la recuperación del encierro de vaquillas, una tradición perdida allá por la década de los cincuenta y que más de medio siglo después ha sabido cautivar a los vecinos.

Una cincuentena de mozos corrieron delante de las cuatro vaquillas que la ganadería de Santiago Domecq soltó por las principales calles de Abarán. Tras la carrera, los participantes pudieron dar unos pases en la Plaza de Toros.

Asimismo, el consistorio abaranero extremó las medidas de seguridad con la colocación de varias ambulancias colocadas estratégicamente que, afortunadamente, no tuvieron que utilizarse.

Y entre los espectadores del acontecimiento histórico, uno de excepción, el matador de toros Pepín Liria. El diestro y director de la Escuela Taurina preparó una exhibición de sus alumnos ya por la tarde en el coso abaranero.

A tenor de lo vivido por los vecinos y por el buen tiempo que hizo, las fiestas de este año 2013 han resultado muy exitosas. «Han sido muy participativas y la gente ha estado en la calle viviendo sus tradiciones, que es de lo que se trata», comentó ayer el edil de Festejos, Javier Fernández.

La idea del Ayuntamiento de Abarán es ir mejorando el encierro con el objetivo de que cada año sea más participativo y atraiga a turistas.