El negocio de las basuras de la familia Fenoll, gestionado desde hace años a través de Proambiente (propietaria de la planta de Abanilla-Orihuela) está en plena crisis por la 'guerra' abierta entre los hermanos, que en enero apartaron del cargo de administrador a Ángel Fenoll para nombrar el pasado 1 de febrero un consejo de administración en el que éste está en minoría porque posee sólo una sexta parte del negocio, ya que el resto es propiedad de sus cinco hermanos.

Cuando no se habían cumplido ni dos semanas de esa decisión, Proambiente notificó a 20 municipios (uno de ellos Fortuna; el resto de la provincia de Alicante) que cerraba las puertas a sus basuras porque la empresa que les gestiona el servicio, Colsur, propiedad de Ángel Fenoll, no le pagaba. Colsur ha cambiado recientemente de nombre y ahora se denomina Sirem S. L. (Sistema Recogida Residuos Medioambientales).

Ayer, ésta presentó un escrito ante la dirección general de Medio Ambiente, dependiente de la consejería de Presidencia, en el que insta a paralizar el proyecto de ampliación del vaso 3 de Proambiente porque, según se asegura en el documento, los terrenos sobre los que se asienta son de Sirem y no de Proambiente. Además, afirma que nada les debe porque existía un acuerdo tácito entre ambas mercantiles: enterrar basura a cambio de suelo. La 'guerra' está servida al punto de que Ángel Fenoll, de salirse con la suya, obligaría a Proambiente a echar el cierre porque no lograr otra autorización de la dirección general de Medio Ambiente prácticamente abocaría al negocio a la desaparición, ya que sólo podrían separar residuos y eso no sería rentable.

Las primeras consecuencias que tiene esta animadversión que regula en estos momentos las relaciones entre los hermanos las pagarán, probablemente, los trabajadores de ambas empresas, porque entre unos y otros están destruyendo dos negocios hasta ahora muy lucrativos.

Durante años, y mientras Fenoll era imputado en el caso Brugal -que investiga la adjudicación de las basuras de Orihuela o el plan zonal- los hermanos nunca habían salido a la luz pública.

Basuras fuera

Desde mediados del pasado mes de febrero, Sirem está trasladando la basura de la veintena de municipios que gestiona (entre ellos Fortuna; de momento, Abanilla se salva) a otros vertederos, lo cual corre a cargo de la propia mercantil, que ha perdido un negocio que, probablemente, ya no le será rentable por el incremento de gastos derivados del traslado a otras plantas de reciclaje donde, evidentemente, se cobra mucho más caro.

La respuesta de la mercantil llegó ayer en Murcia con la presentación a primera hora de la mañana de un escrito por el que se insta a la dirección general de Medio Ambiente a paralizar el procedimiento administrativo para la ampliación del vaso 3 (colmatado como el 1, 2 y 4), mientras el 5 está pendiente de resolución porque, supuestamente, afecta a terrenos protegidos. Sirem explica que es propietaria de esas fincas sobre las cuales Proambiente ha solicitado la ampliación en Abanilla y que suman casi seis hectáreas. "Dichas fincas -explica- fueron cedidas para su uso a Proambiente a cambio de la prestación del servicio de eliminación de los residuos que se recogiesen en los distintos municipios que, por concesión administrativa, tiene encomendado el servicio".

Además, notifica que tras la resolución del contrato entre ambas mercantiles, Sirem "desautoriza la utilización y uso de sus terrenos para cualquier actividad a desarrollar por Proambiente". Y no sólo eso: Ángel Fenoll exige que se les abra un expediente porque, asegura, en la planta de reciclaje de Abanilla se están tratando más toneladas de residuos de las autorizadas.