Los investigadores de La Bastida han ideado sistemas informáticos capaces de mostrar herramientas y restos arqueológicos en dos y tres dimensiones, que además están siendo objeto en estos momentos de un artículo para la revista Journal of Archeological Science por ser un novedoso sistema que facilita el trabajo y supone todo un avance en las investigaciones.

Sin embargo, los medios con los que los investigadores trabajan son escasos. A pesar de tener a pie de valla la instalación eléctrica lista para ser conectada, la crisis ha pillado de lleno al proyecto y el museo y los laboratorios están siendo alimentados gracias a un generador de gasoil. Esto tiene sus consecuencias, ya que las subidas y bajadas de tensión afectan a los sistemas informáticos.

Arqueólogos, informáticos, antropólogos, restauradores y un completo equipo de voluntarios trabajan cada día en este yacimiento, que puede convertirse para Totana en un revulsivo para impulsar la economía local a través del turismo cultural. En estos momentos ya hay una lista de espera de más de 1.000 personas para visitar el yacimiento. Estas visitas se realizan una vez al mes gracias al trabajo de los voluntarios

Hace unas semanas se creó, además, la Asociación de Amigos del Yacimiento Arqueológico La Bastida, con la que se pretende contagiar y hacer extensiva tanto a amantes de la arqueología como a toda la sociedad la gran importancia de estos descubrimientos.

Por otro lado, ya hay proyectos de futuro para esta imponente ciudad de la Edad de Bronce, la primera que los investigadores pretenden que sea excavada por completo. Los trabajos en la zona se suceden desde 2008 para ofrecer al público un parque arqueológico "innovador y vivo". En concreto, se prevé que haya un museo monográfico, un instituto para la investigación y un yacimiento acondicionado para su visita.

Las excavaciones en La Bastida corren a cargo de un equipo de investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona dirigido por los profesores Vicente Lull, Rafael Micó, Cristina Rihuete y Roberto Risch. Cuentan con el apoyo y patrocinio de la consejería de Cultura, la Universidad Autónoma de Barcelona, el ayuntamiento de Totana y los ministerios de Industria, Comercio y Turismo, y de Economía y Competitividad.