Cuando imaginamos paisajes e interminables atardeceres idílicos en un otoño de película siempre pensamos en lugares lejanos. Sin embargo, muchas veces obviamos que esos escenarios se puede encontrar a escasos kilómetros de nuestra casa. El Noroeste ofrece en la estación otoñal multitud de paisajes que, en muchas ocasiones, no son explotados turísticamente con la intensidad que el paisaje es capaz de ofrecer.

La primera parada en esta fría estación es el paraje de las Fuentes del Marqués, enclavado en un auténtico vergel natural, a los pies de las sierras del Gavilán y el Buitre, con una extensión de 17,4 hectáreas. Está situado a dos kilómetros de la Ciudad Santa, en dirección oeste. Todo el parque está surcado por pistas y caminos que facilitan el acceso y la visita, alguno de los cuales sirve de puerta a otras pistas forestales que se internan en los barrancos de la Sierra del Gavilán (Barranco del Nevazo y Barranco del Agua). El propio paraje está siendo usando como escenario para la celebración de bodas y diferentes eventos.

El lugar, al que envuelve una leyenda de amor, fue propiedad privada hasta que en 1989 fue adquirido por el ayuntamiento de Caravaca. Concretamente, en un bando de la Alcaldía fechado el 24 de mayo de 1989, el alcalde Antonio García Martínez-Reina hacía saber a los caravaqueños, que «uno de los mayores deseos de nuestro pueblo ha sido tener como patrimonio las Fuentes del Marqués, lugar de hondo significado afectivo y ligado intrínsecamente a la historia de todos nosotros. Hoy esto es una realidad. Las fuentes del marqués son ya del pueblo de Caravaca».

La segunda parada es en la vecina población de Cehegín, que cuenta con uno de los pulmones naturales de especial belleza debido a su gran riqueza ecológica: la Fuente Juan González. Allí se ubica el Parque Ecológico de Cehegín, recién acondicionado y que alberga una buena representación de bosque mediterráneo, con cerca de 50 especies diferentes, dando cobijo a especies de aves como los carboneros, los herrerillos, el gavilán, el águila real o el halcón peregrino; y mamíferos como el jabalí, el gato montés, el zorro, el tejón, el lagarto ocelado, perdices, conejos y ardillas.

Aparte del parque, en el paraje se puede disfrutar de una fuente de fresca agua y de un espacio con mesas y bancos de piedra y madera con barbacoas (que se pueden usar respetando siempre que no haya restricciones para encender fuego), donde poder pasar un agradable día en el monte, con los amigos y la familia.

Parajes sin igual

Las lluvias de los últimos meses conducen al tercer enclave del Noroeste, el pantano del Cenajo, que comparten los términos municipales de Moratalla y Hellín. Contiene la mayor acumulación de agua de la Vega del Segura, con una capacidad de 437 hectómetros cúbicos, -en la actualidad tiene 253- y una superficie de 1.732 hectáreas. Este es un buen lugar para descubrir la naturaleza por ser uno de los parajes más emblemáticos de la Región de Murcia, en la frontera con Albacete, junto al río Segura, donde se pude disfrutar de extensas áreas de bosques, montañas, agua y una climatología benigna todo el año. Todo ello hace de este paraje un lugar inigualable para escapar de la rutina, practicar senderismo o la escalada, pescar en el río, pasear a caballo o bicicleta, cazar o hacer excursiones a poblaciones cercanas de alto interés y belleza; en definitiva, un lugar ideal para pasar un día inolvidable.

Muy cerca, junto al río Segura, se encuentran los arrozales de Calasparra, donde se cultivan una de las variedades más conocidas de este producto culinario: el arroz bomba, un complemento perfecto que no debe de faltar en una buena mesa.

La comarca del Noroeste murciano en otoño ofrece al visitante la combinación perfecta de paisajes de ensueño mezclados con una rica gastronomía y unas gentes acogedoras, que harán sentir al visitante como un habitante más desde el primer momento.