­Los trabajos arqueológicos que se están realizando para la recuperación de la muralla medieval de Lorca constatan la existencia de una fuente de la que no se tenía conocimiento hasta ahora, que posiblemente data de finales del siglo XIX o principios del XX, según indicó la concejal de Cultura, Sandra Martínez, que ayer visitó los trabajos. Asimismo, se ha comprobado que la torre Rojano, que se encuentra en la calle El Gigante, era dos veces más grande de lo que se preveía y que fue levantada en el siglo XIII con un sistema de doble cinturón.

La edil recordó que el proyecto de rehabilitación de la muralla de la ciudad contempla los tramos en las calles El Gigante, Zapatería y Pósito. Los trabajos en el entorno de la torre Rojano, junto al anterior archivo municipal de la ciudad, han sacado a la luz los restos de la antigua muralla de tapial de época islámica, junto a los restos de un caño o fuente.

Martínez explicó que los investigadores que trabajan en el proyecto se han visto sorprendidos, dado que se pensaba que la torre contaba entre 6 y 8 metros de lado y se ha comprobado que en realidad se trata de una torre más grande, de unos 16 metros. Es una construcción defensiva, levantada mediante la aplicación de un sistema que incluye un doble cinturón hueco. Cos posterioridad se realizó un refuerzo estructural.

El equipo de arqueólogos ha verificado que es una torre almohade, levantada entre los siglos XII y XIII. Durante la época cristiana, los tapiales se forraron con aplicaciones de mampostería, elemento que se perdió entre 2005 y 2006.

Una inversión de 426.000 euros

Las obras, que cuentan con un presupuesto de 426.000 euros, se iniciaron en mayo de 2011. Las tareas abarcan trabajos previos de arqueología y rehabilitación del patrimonio. Se prevé que estén finalizados para el próximo mes de noviembre. Según la edil de Cultura, la torre Rojano, antes de su hundimiento entre 2005 y 2006, mostraba una fábrica de mampostería del siglo XIV. Bajo esta construcción se ocultaban los restos de un torreón anterior de época almohade. El trabajo permite entender cómo se construían este tipo de estructuras a partir de cajones de tapial, observando los procesos de trabajo en el levantamiento de torres y cortinas de la muralla.

La finalidad de los trabajos arqueológicos, según la edil, es analizar los diferentes momentos por los que pasó la construcción de la muralla, contando para ello con un equipo técnico profesional con amplia experiencia en arqueología, restauración y arquitectura. Según Gallardo, uno de los directores del proyecto, "la torre Rojano se encuentra en buen estado y se va a analizar su evolución, para lo cual se realizado un estudio vertical para poder analizar los diferentes momentos culturales y procesos que ha tenido la torre con el paso del tiempo".