­Cuando un enorme mamotreto de hierro azul se erigió sobre la plaza Adolfo Suárez de Alcantarilla, los vecinos pudieron contemplar por primera vez en lo que se había convertido el corazón de la ciudad gracias al proyecto más caro de la historia del municipio: el parking de Entrevías, con un coste de doce millones de euros y que se encuentra actualmente cerrado al tráfico diario.

Las críticas arreciaron y el equipo de Gobierno improvisó una zona de juegos que no se encontraba en el proyecto inicial, y tuvo que ubicarla en la única zona de la plaza por la que no sólo circulan coches, sino furgonetas y camiones de mercancías que acceden al parking de un supermercado.

Por este motivo, el Consistorio ha decidido poner en marcha un plan para «convertir la zona de juegos infantiles en un lugar completamente seguro para los niños», según indica el concejal de Obras y Servicios, Cristóbal García Morata.

Y es que el tráfico no es el único peligro al que se enfrentan los cientos de pequeños que cada día acuden a la plaza, tanto que sus progenitores han puesto el grito en el cielo y han denunciado que junto a los columpios hay una tapia a la que acceden hasta los niños más pequeños con grave riesgo de caer desde varios metros.

«Hasta que no ocurra una tragedia no lo van a solucionar», comenta una madre sentada junto a su hijo en un banco cuyo aspecto no es el más adecuado para una zona infantil: fabricado con hierro ´cortante´ y cuyo forjado se ha desecho por varias partes: «Es un milagro que un crío no se haya dejado un dedo aquí», dice, y recuerda que «hace poco un niño se dañó un ojo con el hierro de uno de los maceteros, que estaban todos rotos. Sólo entonces los repararon», hecho que publicó LA OPINIÓN.

A su lado, casi una decena de niños corre descendiendo por una pronunciada rampa cuya barra de protección es de acero puntiagudo. En la zona más alta, la valla de protección es de un cristal grueso que ya ha empezado a desportillarse.

La primera medida que va a adoptar el Ayuntamiento, según Morata, es «el cierre de la valla de seguridad que impida el acceso de los niños a la rampa de entrada al parking». También adelanta «la inmediata sustitución del banco de acero por otro de madera, sencillo, de los de toda la vida», señala el edil, visiblemente molesto con el banco de diseño.

«Conforme nos vamos dando cuenta de las deficiencias las vamos sustituyendo: hemos retirado los maceteros de la zona infantil, hemos colocado una malla en la zona de la palmera, y el siguiente paso será sustituir los cristales intentando que sea a un coste razonable. Vamos a sustituir o reparar todo lo pueda suponer un riesgo para los niños».

La acometida de estas obras por parte de la concejalía no está exenta de polémica, ya que tal y como recuerda el edil, «el Ayuntamiento no ha recepcionado la obra todavía; de hecho tenemos un contencioso con la adjudicataria, pero no vamos a esperar a que vengan ellos a solucionar un problema que es urgente. Lo haremos nosotros», sentencia.