La mayoría de los vecinos de Lo Pagán siempre han defendido el cierre de los bares, por lo que la noticia de la reapertura les ha sentado como un jarro de agua fría. Los que habían paralizado las denuncias interpuestas contra los bares cuando se cerraron han anunciado que volverán a emprender una lucha en los tribunales pidiendo el cierre.

Por su parte, la asociación de vecinos La Junquera, que lleva una década denunciando la situación de irregularidad de los pubs, expresó su desacuerdo con la reapertura. «No estamos en contra de que haya locales, de hecho en Lo Pagán hay muchos, pero concretamente los de la Curva sólo pueden existir legalmente como viviendas», se queja la presidenta de la asociación, Charo Tárraga, quien recuerda «el calvario vivido durante muchos años en el exterior de las casas, donde cada noche se sucedían los botellones con sus correspondientes ruidos, vómitos y otras actividades insalubres y molestas».

Protestan los vecinos porque incluso había parejas que practicaban sexo en las inmediaciones del paseo, en horas a las que ya había niños por la zona.

Otro grupo de vecinos, representados en esta lucha contra los bares de La Curva por el letrado Francisco Ortega, del despacho de Uniforo Abogados, también expresa su indignación con la reapertura.

«No se puede legalizar una actividad modificando el planeamiento urbanístico de la localidad porque esto puede suponer incurrir en una desviación de poder e incluso en un delito de prevaricación», explicó Ortega, que adelanta que seguirá adelante con el contencioso contra los bares.