­«Yo solo quiero saber qué le pasa a mi hija y cuándo se va a curar». Así de tajante se mostraba Mavi Ludeña, madre de una de las niñas afectadas, que en la tarde de ayer conversaba con este diario como portavoz de las tres madres, cuyas hijas aun continúan convalecientes tras sufrir la reacción adversa a la vacuna del papiloma, cuando les fue suministrada la primera dosis, el pasado 18 de noviembre. Los familiares han mostrado su descontento porque ni en la carta que recibieron de la Consejería, ni en la autorización que firmaron, se les advertía de las reacciones que podía causar la aplicación de fármaco. Ludeña, que en todo momento agradeció el trato recibido tanto del servicio de Urgencias como de Pediatría del hospital Comarcal, mostró su incertidumbre al no saber cuándo terminará esta complicada etapa que están viviendo sus hijas. «Ellos nos dicen que es psicológico, pero nuestras hijas entraron en perfecto estado de salud y aún no han podido volver al colegio». Las tres niñas continúan, un mes después, convalecientes. De hecho, una de ellas esta siendo atendida en una clínica de fisioterapia para recuperar la movilidad de una de las piernas, tras sufrir una contractura de los fuertes temblores sufridos, según explicaba su madre. Los padres se han puesto en contacto con la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma.