Los terremotos que se registraron en Lorca el pasado 11 de mayo han dejado obsoleta la normativa sismorresistente que se aplica en España desde el año 2002, según afirma Antonio Aretxabala, geólogo y director técnico del Laboratorio de Edificación de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, quien impartió una conferencia en la sede de la patronal lorquina, Ceclor, donde habló sobre ´La normativa sismorresitente en España y las consideraciones para proyectos en Lorca´.

Aretxabala señaló que lo ocurrido en Lorca ha sido un caso especial «desde el punto de vista de la normativa sísmica y origen de los terremotos», añadiendo que «fue un seísmo pequeño en cuanto a intensidad y magnitud que no debería haber producido tantos daños. Pero fue muy superficial y dio en la diana del centro de la ciudad. En España no se había producido nunca algo así».

Aretxabala, que lleva una semana estudiando el caso de Lorca sobre el terreno, analizando aspectos aspectos relacionados con la sismología, geotécnica, edificación, geología, resistencia de las estructuras y la aplicación de las normas sismorresistentes.

En cuanto a las víctimas, el profesor Aretxabala precisa que «han sido todas por caídas de elementos no estructurales, puesto que la normativa

hace mucho hincapié en el cuidado de la estructura, y la flexibilidad y ductilidad de las estructuras, pero ha dejado un poco de lado el tema de cornisas o balcones, que son los que han provocado los muertos».

Asimismo, indicó que «un edificio puede cumplir la normativa antisísmica, pero cuando ocurre un terremoto y una persona sale a la calle, le cae un ladrillo y lo mata, algo que resulta paradójico», añadiendo que «el hecho de que no haya habido más muertos implica que se han hecho bien las cosas, pero aun así, nueve muertos son muchos muertos».

La ciudad de Lorca, según Aretxabala, «está llena de técnicos de todas las ramas, de arquitectos, geólogos, aparejadores e ingenieros físicos. Estamos aprendiendo mucho sobre el terreno».

Aretxabala rechazó que recaiga sobre los arquitectos la responsabilidad exclusiva del hundimiento de inmuebles. «Ellos tratan con otros gremios a los que hay que poner de acuerdo. Pero tenemos que aprender para el futuro y mejorar la coordinación todos los técnicos que participan en la construcción de las casas. Habrá que hacer una edificación y una ingeniería civil mucho más participativa, coordinada y multidisciplinar en la que no se pueda dejar todo en manos de arquitectos o ingenieros».

Antonio Aretxabala volverá a Lorca el 15 de junio para participar en la mesa redonda donde se expondrán las conclusiones de las jornadas organizadas por Ceclor.