Los jóvenes de San Pedro del Pinatar cuentan con un nuevo y original espacio para canalizar sus inquietudes gracias al Centro de Ocio y Tiempo Libre, que contiene un Centro de Artes Emergentes, que ayer inauguró el delegado del Gobierno, Rafael González Tovar, ya que la obra se ha llevado a cabo con fondos del Plan E del Gobierno central, acompañado del alcalde, José María García y de la concejal de Juventud, Carmen Honrubia. El objetivo del centro es «que los jóvenes cuenten con más espacios de ocio, no sólo con los nocturnos», según explicó el alcalde, por lo que es una alternativa al botelleo.

El edificio es obra del joven arquitecto pinatarense Raúl Torres, autor de otros proyectos en el municipio como el parque de la Condesa Villar de Felices o el Centro de Iniciativas Turísticas, que han dado un aire nuevo a los inmuebles oficiales y que en este complejo juvenil ha dado rienda suelta a sus originales ideas. Destaca especialmente el amplio espacio al aire libre donde se ubica un auditorio de 2.500 metros cuadrados.

El edificio se inspira en el monumento megalítico británico de Stonehenge, una estructura circular realizada con grandes piedras, que servía de lugar de reunión, alrededor del año 2.500 antes de Cristo, pero el color grisáceo ha sido sustituido por un brillante rojo que llama la atención.

Esta infraestructura ha supuesto una inversión del Gobierno de España de 2,8 millones de euros y ha generado 225 contratos de empleo. Asimismo, se ha reservado un espacio para que la asociación de impulso al discapacitado Aidemar pueda vender sus productos de cerámica y el calendario que han realizado junto a los componentes de la selección española de fútbol.

Por otra parte, el Centro de Artes Emergentes se extiende en cuatro espacios diferentes que aúnan la práctica deportiva con el arte, y con espacios verdes para la población. El primero de estos espacios es un Skatepark que cuenta con una pista practicable de 520 metros cuadrados, un segundo espacio, formado por amebas emergentes que ocupan 125 metros cuadrados y que permite crear de forma flexible espacios donde poder exponer las piezas de arte. El tercer espacio lo ocupa un campo de minigolf compuesto por siete circuitos a lo largo de 350 metros cuadrados, y el último espacio lo componen, áreas verdes que se distribuyen a lo largo de 1.750 metros cuadrados y que mejoran el entorno urbano con vegetación.