La falla de Alhama de Murcia está igual que una olla a presión: a punto de estallar, y cuando lo haga, la enorme liberación de energía provocará un terremoto. «Estamos en una etapa que llamamos intersísmica. Cada 100 años aproximadamente se produce un terremoto de unos seis grados y cada mil uno de siete u ocho grados en la escala Richter», asegura Tomás Rodríguez Estrella, profesor de Geodinámica Externa de la Universidad Politécnica de Cartagena e investigador de esta falla desde los años 70. Sin embargo, el docente no quiere crear alarma entre la población. Su mensaje, en este caso, sería: «Hagámonos amigos de los terremotos».

El profesor señaló que esta falla hace unos mil años tuvo una gran liberación de energía, al igual que hace otros dos mil. Para los investigadores de los fenómenos sísmicos, «no es lo mismo prevenir que predecir». Para esto último aún no se tienen los datos ni conocimientos suficientes, es una asignatura pendiente, «pero sí está demostrado que se pueden tomar medidas para evitar catástrofes», ya que en las construcciones, si se toman estas medidas preventivas, pueden evitarse desgracias mayores. Puso como ejemplo Japón, que a pesar de los graves terremotos que azotan el país los edificios están provistos de medidas que evitan daños mayores, tal y como sucede también en la Región, que está en la zona sísmica candente de España.

El profesor también ha observado, por ejemplo, que el canal del trasvase Tajo-Segura se agrieta periódicamente, precisamente por haberse construido sobre la falla. De hecho, su movimiento también afecta directamente al túnel de Lorca y las urbanizaciones de la zona norte del término municipal y los barrios altos, y se considera que es la causante del seísmo que en 2005 azotó las diputaciones de Zarcilla de Ramos y La Paca, según el estudio elaborado pro los profesores de Geología de la facultad de Química de la Universidad de Murcia, Tomás Rodríguez Estrella y Miguel Ángel Mancheño Jiménez.

Para conocer la evolución de la falla, en el cerro del Castillo de Alhama se hizo hace algunos años un pozo y en él se ha introducido una sonda que recoge numerosos datos del suelo.

Controlar el gas radón

Para Rodríguez es muy importante conocer, por ejemplo, los niveles de radón, un gas que, según los científicos, aumenta considerablemente días antes de producirse un terremoto. Por ejemplo, «en China, en el año 1975, se evacuó una ciudad de un millón de habitantes por que detectaron aumento de gas radón. Esto evitó una catástrofe mayor, ya que fallecieron 250 personas que se negaron a abandonar la ciudad». En Italia, sin embargo, «no se hizo caso al aviso que por este motivo dio el sismólogo Giuliani, y la ciudad de Altila quedó sumida en la tragedia hace varios años», dijo el profesor.

El investigador también desecha la creencia popular de que, al haber tantos pozos en la zona donde está asentada la falla, se evita así grandes terremotos. «De esta forma no se libera la energía de la tierra, ya que esta lo hace por la fricción de las placas y, por tanto, no tiene nada que ver el que la tierra esté plagada de agujeros por los pozos de secano».

El alcalde, José Espadas, que presentó estos datos junto al profesor, señaló que el Ayuntamiento colabora con la Universidad Politécnica en todo cuanto le es necesario en el estudio, como colocar la sonda en un pozo de propiedad municipal.

Los datos generados este último año recogidos por la sonda se están estudiando en estos momentos. Se están midiendo la presión, la temperatura y el gas radón, entre otros factores.