Un céntimo es lo que debía Manuel Martínez Ros a la hacienda municipal, una cantidad insignificante si no llega a ser porque el servicio de recaudación del Ayuntamiento ha abierto un expediente administrativo de apremio y ha dictado diligencia de embargo de sus cuentas corrientes y de ahorro por haber contraído esta deuda.

El titular de la notificación, un jubilado de la ciudad, se apresuró ayer a acudir hasta la entidad de ahorro para dejar saldada la deuda y evitarse así más problemas.

Manuel no sale de su asombro, desde que al regresar de un viaje, se encontró en su domicilio con un aviso de correos para que fuera a recoger una carta certificada, que una vez en su poder, pudo comprobar que sus cuentas iban a ser embargadas por haber contraído con el Ayuntamiento la no menos respetable deuda de un céntimo de euro. Al principio pensó que se trataba de una broma, pero después decidió seguir los trámites «para estar en paz con las arcas municipales».

El ´moroso´ cree que la deuda se debe a una cuenta mancomunada que hace años abrieron un grupo de amigos como promotores de un club de tenis de cuyo proyecto ya se habían olvidado, aunque reconoce que él era uno de los titulares.