Calasparra se vistió de gala para entregar a cuatro de sus ´hijos´ el escudo de plata de la villa, un galardón por el reconocimiento nacional a la excelencia del rendimiento académico del curso 2007-2008. El acto contó con la presencia del ministro de Educación, Ángel Gabilondo; el alcalde de la localidad, Jesús Navarro; el consejero de Universidad, Salvador Marín, y los rectores de la Universidad de Murcia y la Universidad Politécnica de Cartagena, entre otros.

Gabilondo recordó a los premiados «que el triunfo fácil no existe, que no es una carambola» y se permitió bromear con la posibilidad de hacer un estudio para averiguar cómo cuatro jóvenes de la misma localidad habían obtenido cuatro premios extraordinarios, sobre lo que el alcalde apuntó, más tarde, en tono distendido, que el arroz podría ser la clave. «Hoy, en Calasparra se transmite algo a la sociedad, y es que en estos tiempos es un estímulo que haya gente excelente como vosotros, que habéis demostrado que se puede sacar adelante un proyecto con coraje».

Y es que los premiados tienen un currículum académico intachable. José Martínez Casas, estudiante de ingeniería técnica industrial, logró el premio extraordinario fin de carrera. Luis Alfonso Pérez se licenció en Geología en Granada con 32 matrículas de honor, ocho sobresalientes y nueve notables. Por su parte, Francisco Miguel Ortiz se matriculó en la Universidad de Murcia en la titulación de Relaciones Laborales y posee el segundo premio nacional en su especialidad. Fernando Gómez Martínez se matriculó en Arquitectura Técnica en Valencia, obteniendo 15 matriculas de honor y el premio al mejor expediente.

Gómez Martínez, que habló en nombre de los galardonados, manifestó que «siempre es gratificante el reconocimiento de un trabajo, pero lo es más aún que se nos reconozca en nuestra tierra».