­Los investigadores Fernando de la Gándara y Aurelio Ortega trabajan desde hace tres años en el centro del Instituto Español de Oceanografía (IEO) de Mazarrón para avanzar en la cría y cultivo del atún rojo en cautividad, un reto de la acuicultura que pretende garantizar el abastecimiento en el futuro y abrir nuevos mercados en Europa y América.

El proyecto Selfdott, cofinanciado por la Comisión Europea y en el que participan 13 socios de ocho países, se inició en 2008 con el objetivo de avanzar en la domesticación del atún rojo para abastecer a empresas dedicadas a la crianza «no en un mercado como el actual, dirigido mayoritariamente a Japón y con ejemplares muy grandes, sino a buscar individuos más pequeños destinados a Europa y América», explica De la Gándara. Este científico señala que en la actualidad el atún destinado al consumo deriva exclusivamente de captura en el mar y esta especie se ve sometida a sobrepesca, por lo que considera que una producción sostenible sólo puede darse con la acuicultura como complemento a la pesquería, algo que ya ocurre con otras especies como el salmón, la dorada o el rodaballo.

De la Gándara y Ortega demostraron ya en un proyecto anterior del IEO la viabilidad del atún rojo en cautividad, a través del engrase de ejemplares capturados en el medio natural, y ahora pretenden conseguir la reproducción y el cultivo larvario controlado de esta especie. Para ello, el proyecto cuenta con decenas de ejemplares reproductores en dos caladeros del mediterráneo, uno de ellos ubicado en El Gorguel, en Cartagena, y otro en la bahía de Marsaxlokk, en Malta.

De la Gándara afirma que la principal dificultad para el cultivo de esta especie es la reproducción en cautividad, ya que las hembras se ven sometidas a una especie de estrés que dificulta la expulsión del óvulo maduro.

Hormonas para obtener huevos

Tras un primer año sin resultados, los investigadores trataron a las hembras de Cartagena con implantes hormonales, obteniendo así puestas masivas de huevos en 2009. Este año están obteniendo puestas de huevos de atún rojo sin necesidad de inducción hormonal, un avance que se suma a otras investigaciones desarrolladas en el centro de Mazarrón.