La Cruz peregrina que el pontífice Juan Pablo II entregara en 1984 a los jóvenes para que la llevaran consigo por el mundo llegó a Caravaca como un halo de esperanza tras pasar la noche del sábado en la ciudad de Bullas, a la que llegó procedente del Niño del Mula por el camino de la vida verde del Noroeste. La Cruz estuvo acompaña por más de un millar de jóvenes y a su llegada a Caravaca fue recibida por el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, quien participó en la vigilia que se realizó en la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, patrona de la localidad.

En un ambiente de intimidad y silencio cientos de jóvenes se postraron ante el símbolo de la Cruz para descansar sobre ella sus problemas y "agobios", consiguiendo así un señala de esperanza, según declaraban muchos de ellos tras realizar el ejercicio, con los ánimos a flor de piel. Tampoco era difícil encontrar en las mejillas de muchos de los presentes lágrimas de emoción, que auguraban una noche llena de emociones. A primera hora de la mañana, entre cánticos y estandartes, la Cruz partía para hacer un recorrido de 14 kilómetros .

A mediodía el cortejo fue recibido por el alcalde de Caravaca, Domingo Aranda, y un nutrido grupo de concejales en la Gran Vía, donde los vecinos salieron a la calle para aplaudir y ovacionar a los peregrinos. En el paso de la comitiva por la plaza del Arco fue de nuevo el obispo quien recibió a los jóvenes.

Ya en la Basílica Santuario se ofreció una misa dedicada a todos los peregrinos y que estuvo oficiada por más de 30 sacerdotes. En su homilía Lorca Planes destacó la festividad de San Pedro y San Pablo y lanzó un "que os améis los unos a los otros como primer mandamiento".

Igualmente criticó los ataques recibidos por la Iglesia e indicó que "aquel que pretende suplantar a Dios se equivoca", al tiempo que recordó con emoción el recorrido del símbolo por la Región. "He visto a la gente llorar ante la Cruz", dijo para reconocer que "la verdadera grandeza de la Cruz de Cristo está en los jóvenes".

En el mismo sentido se expresó, al finalizar la eucaristía, el coordinador de la delegación de pastoral juvenil, Manuel Verdú, quien declaró que "el verdadero éxito de la peregrinación de la Cruz en nuestra Diócesis recae en los jóvenes y en los miles de personas que la han acompañado durante estos días".