En el taller de la familia Blázquez, en Moratalla, se está llevando a cabo la restauración de la imagen de la Virgen de la Soledad de Alguazas, una restauración de la que se encarga Yolanda, una de las tres hijas del escultor Domingo Blázquez que, junto con María del Mar y Raquel, forman un excepcional cuarteto de artistas enamorados de su profesión.

En el estudio de este escultor, discípulo de Sánchez Lozano y formado en la antigua Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Murcia, se vive la pasión por los temas religiosos, aunque no faltan otros como el reciente monumento dedicado a los encierros de reses bravas salido de las manos del padre de esta saga.

María del Mar Blázquez se encuentra metida de lleno en la creación de una talla en madera del Cristo de Medinaceli, encargo de una vecina de Cehegín. La escultora confiesa que si bien al taller la mayoría de los encargos que llegan son sobre temas religiosos, ella siente una especial predilección por las estampas toreras, en particular por los caballos.

Por su parte Raquel, la menor de las tres, prefiere el barro por su moldeabilidad; actualmente está realizando una imagen de la Virgen de la Fuensanta.

Yolanda, la restauradora, indica que la imagen de La Soledad de Alguazas se encontraba bastante deteriorada, por lo que la tarea de devolverla a su estado original es lenta y laboriosa.