Según los astrónomos, en ese momento debía producirse un incremento en el número de meteoros cuyo largo viaje a través del espacio en dirección a la Tierra culminaría en el año 2022 "produciendo una lluvia de esos cuerpos. Nada espectacular", señaló Donald Yeomans, director del Programa Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA.

"Ha habido fragmentación. Pero no sé que haya aumentado, ahora, el número de meteoros", señaló Yeomans.

Los astrónomos han señalado que todo está ocurriendo muy lejos de la Tierra y que se trata de un fenómeno que sólo puede ser percibido por los astrónomos.

"No existe ningún peligro para la gente en la Tierra ni para los ocupantes de la Estación Espacial Internacional porque el cuerpo principal del objeto y sus fragmentos pasarán a millones de kilómetros", señaló en marzo pasado Yeomans cuando la NASA informó sobre la aproximación del cometa.

El desprendimiento principal, identificado como "fragmento C, debía pasar el 12 de mayo a unos 12.400 millones de kilómetros de la Tierra, es decir 20 veces la distancia que separa al planeta de la Luna.

Los astrónomos han observado el cometa durante más de 75 años y durante ese tiempo han definido su trayectoria con precisión.

Sin embargo, imágenes transmitidas por el telescopio espacial Hubble evidenciaron este año una fragmentación como probable resultado de la influencia gravitatoria de objetos que han estado en sus cercanías.

Los cometas, reliquias gélidas del nacimiento del sistema solar, son cuerpos frágiles y poros formados por polvo y hielo que giran en órbita elíptica en torno al Sol.

El cometa fue descubierto en 1930 por los astrónomos alemanes Arnold Schwassmann y Arnold Arthur Wachmannn cuando pasaba a unos 9.300 millones de kilómetros de la Tierra.