Bajo el lema 'Antes de ir al Entierro de la Sardina, ven al entierro del Valle de Ricote', medio centenar de representantes de organizaciones como 'El Valle no se vende', Juventudes Socialistas y otros colectivos de la Región, representaron ayer un hipotético velatorio por el Valle de Ricote en protesta por la excesiva urbanización de este paraje singular.

Antes de iniciar la marcha hasta el paraje de La Morra, situado en la localidad de Villanueva del Segura, se introdujo, en un ataúd creado para la ocasión, una rosa para representar la destrucción de la naturaleza del lugar, y un libro de historia para, según los organizadores, que quede constancia de todas las cosas importantes que van a desparecer en esta zona de la Región de Murcia con el desmedido desarrollo urbanístico.

Francisco Jesús Moreno, uno de los coordinadores del acto, aseguró que "nuestra queja principal es el modelo de desarrollo urbanístico del Valle de Ricote. Se están destruyendo los recursos que caracterizan esta zona porque es un desarrollo insostenible. Sería mejor explotar la zona con un turismo rural que no de la forma que se está realizando. Otra de las malas noticias es que se van a perder muchos de los encantos de esta zona, por eso hemos enterrado de forma simbólica la naturaleza y la historia del Valle de Ricote".

En definitiva, "con esta acción se buscaba poner de manifiesto el grave peligro que corre un paraje milenario, ultimo reducto morisco de la península y que, debido a los planes desorbitados de urbanización por parte de las corporaciones municipales, pasará de ser un encanto natural para los sentidos a un mosaico de resorts tan de moda en la actualidad en nuestra Región", señalan los organizadores.

"Actuaciones como la llevada a cabo por el alcalde de Villanueva, declarando casi el 100% de su municipio urbanizable, y cuyas consecuencias ya se pueden observar en el paraje de La Morra (donde lo que antaño era una montaña ahora es un solar para 9 complejos urbanísticos), sólo son la punta del iceberg del desarrollo insostenible que se está implantando en el Valle de Ricote", añaden. "En un futuro muy cercano nos encontraremos con 30.000 viviendas en Ulea, un municipio de 900 habitantes en la actualidad, unas torres de 5 alturas en la subida natural a los restos del Castillo árabe de Ricote, y un largo rosario de actuaciones urbanísticas que no respetarán ni la naturaleza ni la historia del Valle de Ricote", concluyen.