"Es cierto que en China sobre todo nos piden flamenco, pero también es verdad que nos apetece que vean que en España no sólo hay eso, aunque hay gente que piensa que España es una gran Andalucía", dijo Ruiz, quien, al lado del coreógrafo Manuel Segovia fundó la compañía en 1993.

Por lo exótico que resulta y por la imagen que se tiene de España en el lejano gigante asiático, "aquí llaman flamenco a todo lo que sean castañuelas y zapatos", comentó Ruiz tras su primera actuación en Shanghai, pero se mostró sorprendida por cómo el público local supo entender la "variedad" que abarca la danza española.

Ibérica de Danza se encuentra por tercera vez en China para presentar un espectáculo con una selección de bailes de sus mejores montajes, una iniciativa organizada por la delegación de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), dentro de las actividades que la Fundación Autor lleva a cabo para promocionar a sus socios.

Esta noche, con el teatro prácticamente lleno, los bailarines de la compañía se ganaron, danza tras danza, a un público chino que no pestañeaba ante el despliegue de coreografías que se sucedían en el escenario, un espectáculo de danza contemporánea, inspirada en el estilo y en los pasos de los bailes tradicionales españoles.

"Ante el público chino, una de las pruebas de fuego es que normalmente parte de la gente se sale de los espectáculos, y en esta ocasión no se ha movido nadie", destacó la delegada de la SGAE en Asia-Pacífico, Mari Cruz Alonso.

Inspirándose en danzas populares andaluzas, como el flamenco, castellano-leonesas, como la jota chaconeada, mediterráneas, como la sardana, o gallegas como la pandeirada y la muñeira, la compañía recogió aplausos por sus coreografías y su "línea elegante", dijo Ruiz, aunque con una complejidad técnica que no pasó inadvertida.

"Después de la actuación nos preguntaron si era danza tradicional, porque eso no lo podría bailar el pueblo", aseguró.

"Nos decían: lo que hacéis tiene algo de clásico, y se ve que los bailarines están formados en escuelas, porque es muy difícil y el pueblo no podría bailarlo".

Además apreciaron las grandes diferencias entre las distintas danzas españolas, añadió Ruiz, cuyo compañero Manuel Segovia obtuvo el Premio Nacional de Danza a la Creación (2001) y el Premio Villa de Madrid de Coreografía de Danza "Antonio Ruiz Soler (2004).

Con todo, la relación que en el imaginario chino vincula a España con el flamenco hace de lo andaluz un ingrediente indispensable para dejar satisfechos a espectadores como la joven Peng Li, que dijo a Efe que el número que más le impresionó fue el tiempo de martinete con que los cinco bailarines masculinos taconearon en escena.

"El flamenco es un tipo de danza que nos gusta mucho a la gente joven, porque es apasionada", explicó, y al saber que 2007 será el "Año de España en China", deseó que actuaran en Shanghai famosos bailaores de flamenco contemporáneo como Joaquín Cortés.

"La cultura española, como la china, es muy rica y muy única, y además está cada vez más de moda en Asia. Deberían traer más espectáculos de este tipo más a menudo, seguro que vendría a verlos mucha gente", concluyó.