Las fuentes explicaron que algunos de los cuerpos tienen señales de tortura y que han sido trasladados al depósito central, en el hospital de Al Adli, en la capital iraquí.

Este hallazgo se suma a la ola de violencia sectaria que sacude el país desde que el pasado 22 de febrero un ataque contra un mausoleo chií en Samarra, al norte de Bagdad, causara la destrucción de una de sus cúpulas doradas.