El Sevilla esperó cien años para alcanzar la gloria que supone llevar por primera vez en un siglo de vida un título de campeón europeo a sus vitrinas de trofeos, en este caso el de la Copa de la UEFA tras imponerse al Middlesbrough inglés por un rotundo 0-4 en un partido que encarriló sólo en el tramo final.

El conjunto andaluz fue superior en la primera mitad, pero en la segunda pasó por muchos apuros hasta que el italiano Enzo Maresca desató la euforia entre los pacientes seguidores sevillistas.

La intensidad fue máxima entre dos equipos que no dieron sorpresas en sus alineaciones y que dispusieron sobre el terreno lo mejor para llevarse un partido igual de histórico para ambos en este estreno en una final continental.

Quizá el Sevilla asumió el rol de favorito que le habían dado en las previas y se posicionó más adelantado para hacer jugar en el ataque al argentino Javier Saviola y al brasileño Luis Fabiano, lo que llevó a unas acciones peligrosas ante la meta del australiano Mark Schwarzer, quien finalmente jugó con una máscara protectora de una reciente fractura en la cara.

El equipo del técnico Steve McLaren, el próximo seleccionador inglés, quiso tapar las bandas sevillistas y el brasileño Adriano Correia, por la izquierda, y Jesús Navas, por la derecha, entraron poco en juego, lo que equilibró el juego, aunque el conjunto español fue siempre el que más expuso y eso le dio el premio a los 26 minutos.

Un preciso pase del centrocampista italiano Enzo Maresca sobre el área cogió bien posicionado a un muy activo Luis Fabiano, quien marcó perfectamente los tiempos con la cabeza y se la puso imposible al portero del Middlesbrough.

No varió demasiado el panorama con el tanto sevillista, ya que el holandés Jimmy Hasselbaink y el australiano Mark Viduka se mantuvieron prácticamente inéditos ante una defensa la montada por Juande Ramos en la que mandaron por alto Javi Navarro y el francés Julien Escudé.

Sólo alguna acción aislada o error puntual podía ser la causa de que el 'Boro' empatara antes de que concluyera una primera parte bien controlada por el equipo que ayer ejercía como visitante en el protocolo de la UEFA, pero como local por sus seguidores.

El futuro seleccionador de Inglaterra dio entrada desde el inicio de la segunda parte al italiano Massimo Maccarone, algo que le había dado mucho éxito al Middlesbrough en sus ya famosas remontadas de esta edición de la UEFA. Pareció que esta reacción podría llegar, hasta el punto que el portero Andrés Palop salvó un gol cantado a remate de Viduka y que su equipo, ahora sí se fue con todo lo que tenía hacia el área rival.

El maliense Frederic Kanouté, quien también había salido en sustitución de Saviola, ayudó mucho más en defensa que en ataque de un Sevilla que pasó por malos momentos y que no supo aprovechar alguna contra para sentenciar la final.

Con el paso de los minutos el equipo español cedió aún más el terreno en la confianza de su concentrada defensa, pero el inglés acrecentó su dominio y gozó de otras claras ocasiones para poner el empate. Este tanto no llegó, mientras que Maresca tuvo premio a su gran labor sacrificada en el terreno con un gol ya entrados en el último cuarto de hora puso el segundo y poco después el tercero con lo que quedó la victoria sentenciada. Aún hubo tiempo para que Kanouté pusiera el cuarto para un Sevilla ganador de su primer título europeo.