Aunque esperábamos muchas sensaciones al acercarnos, llave en mano, a este espectacular compacto, de rasgos angulosos y un prominente alerón trasero (que no pasa precisamente desapercibido), lo cierto es que el Civic Type R ha superado todas nuestras expectativas. Más aún si tenemos en cuenta que vivimos en una época en la que la mayoría de vehículos de cierta potencia no destacan precisamente por ofrecer sensaciones puras. Eso es debido principalmente a la necesaria eficiencia, que va calando en el parque de nuevas creaciones, y en menor medida a una docilidad que facilite el manejo de la gran mayoría de conductores. Por eso, esta perfecta máquina oriental nos ha hecho recordar algunos deportivos de hace tiempo, de los que primaban el tacto y la dinámica por encima de todo. Pero es que encima el Type R es eficiente y noble, ¿quién da más?

Cimientos no le faltan, pues toma como punto de partida el bonito envoltorio de la actual generación del Honda Civic, un compacto muy bien diseñado con un bastidor formidable que ya en su nivel de 182 CV nos ha dejado enamorados perdidamente. Hay más potencias, otro gasolina de 129 CV y un nuevo diésel de 120 CV. También, aparte del formato de cinco puertas que tratamos hoy (el Type R solo puede configurarse con esta silueta) existe otra carrocería sedán 11 centímetros más larga, igualmente llamativa y con un maletero de 520 litros. Nuestra carrocería en cuestión no resulta mucho menos práctica, mide 4,55 metros por lo que es más grande que la media de compactos, y su maletero es asimismo práctico con nada menos que 420 litros. La ventaja de tamaño le permite ser un poco más espacioso que sus competidores, incluso detrás y especialmente en la cota de anchura y hueco para piernas. Delante, el puesto de conducción deja que el afortunado se pueda sentar muy abajo, pone los mandos en una posición inmejorable y su panel de instrumentos virtual muestra gran cantidad de información, incluyendo un aviso de régimen de giro alto del motor muy útil cuando se estiran las marchas.

Arrancamos

El modelo más potente de tracción delantera del mercado tiene, con sus 320 CV, una motricidad casi imposible para un vehículo de esta configuración. En una aceleración intensa, da la sensación de que es capaz de transmitir todo su potencial al suelo y sin apenas pérdidas. Ahí entran en juego el diferencial autoblocante y un bastidor con una puesta a punto deliciosa que, sin embargo no resulta incómodo para los de dentro. A su favor juega otro aspecto muy importante: el peso contenido del conjunto (1.380 kg), que evita inercias innecesarias y arroja una relación CV/litro a la altura de grandes deportivos.

Hablando de detalles mecánicos, el protagonista de esta fiera es un bloque de dos litros de cilindrada, cuatro cilindros y turbocompresor de gasolina, el mismo que el de la generación anterior, pero con ajustes para conseguir 320 CV con un par máximo de 320 Nm. Su corte se fija a unas 7.000 revoluciones y asombra la capacidad que tiene para llegar a altos regímenes, incluso en las últimas relaciones. Por cierto, la caja de cambios siempre es manual con esta potente versión y el tacto de su palanca nos ha parecido uno de los más precisos que hayamos probado. Además está muy a la mano y manejarla resulta de lo más goloso. Hay que decir que cuenta con tres modos de conducción (Comfort, Sport y +R), que modifican varios parámetros como la dirección, respuesta del motor y la dureza de la suspensión, tres perfiles bien diferenciados que redondean nuestro disfrute al volante según el día y el trazado (y el tráfico). Y no se nos puede pasar por alto el embriagador sonido que sale por sus tres escapes, que delata que hay mucho poderío y complementa su llamativo exterior.

Al volante tiene un comportamiento realmente ejemplar. Gira prácticamente plano, sin inmutarse en tramos en los que hemos visto algún que otro deportivo de más rango atragantarse, y el control de estabilidad deja cierto lucimiento. Una electrónica que nos ayuda siempre y que incluso simula el ‘punta-tacón’ cuando reducimos casi mejor que lo podemos hacer nosotros.

Para finalizar con su conducción no podemos olvidar su consumo ajustado, teniendo en cuenta el potencial que tiene. Homologa un gasto de 7,7 litros por cada 100 km, una cifra que sube algo en un uso más intensivo, pero que se acerca bastante a la oficial a poco que vayamos a un ritmo tranquilo.

Equipamiento

El Civic más potente monta muchos elementos de dotación desde la versión de inicio: pedales metálicos, asientos deportivos, llantas de 20 pulgadas, suspensión adaptativa, paquete de seguridad Honda Sensing, ópticas de Led y cristales tintados. El nivel avanzado Type R GT añade el completo equipo multimedia con navegación en una pantalla de 7 pulgadas, al aviso de tráfico trasero cruzado y ángulos muertos, los sensores de aparcamiento delanteros y traseros y el cargador para ‘smartphones’ sin cables.

El precio de esta delicia de Honda, de la que cuesta mucho bajarse, empieza en los 38.400 euros, 41.600 euros si la equipamos con el nivel GT.