El estratosférico Audi R8 ya pasó por nuestras manos hace unos meses (los ecos de su tubo de escape aún resuenan en nuestro garaje...), pero entre mezclarlo con el tráfico urbano varios días o probarlo en el Circuito del Jarama, un trazado tan exigente como divertido, nos quedamos sin duda con lo segundo, aunque sea solo en una jornada. Encima si se le unen varias pruebas dinámicas con el recién llegado RS5, la diversión sube enteros de manera tan fulgurante como la suma de sus caballerías.

En el marco de la Audi Driving Experience, la escuela de conducción de Audi, se han desarrollado las jornadas ´Sportscar´ durante el mes de noviembre en los trazados de Madrid, Ronda y Barcelona. Y, aparte de conducir coches de ensueño a velocidades de vértigo, destacan el mimo y la profesionalidad de sus instructores, con pilotos de la talla de Jordi Gené, Florian Gruber, Frank Schmickler...

En esencia, el curso se vertebra en tres niveles: ´Dynamic´, que se orienta a la seguridad, con situaciones de emergencia para aprender a salvar esos momentos comprometidos; ´Progressive´, centrado en la seguridad en una conducción deportiva con los RS5 de 450 CV; y el que pudimos disfrutar ´Sportscar´, más especializado que el anterior y con los superdeportivos R8 V10 plus de 610 CV, el modelo más potente de la marca.

Abriendo boca

Pero, antes de rodar por la pista en las esperadas tandas, los instructores nos enseñan algunas frenadas de emergencia, maniobras de esquiva de obstáculos y técnicas para mejorar la trazada a gran velocidad en los RS5, el nuevo coupé de Audi, que se renovó este año para ganar agilidad y eficiencia. El bonito deportivo hace valer su tracción total permanente ´quattro´ de serie, que digiere a la perfección los 450 CV del bloque de gasolina V6 biturbo. Conserva la misma potencia del RS5 precedente (motor V8 atmosférico), pero ahora llena más todo el margen de revoluciones. Conduciéndolo es tan cómodo que pensamos que fuera de este contexto, el circuito, nos valdría sin problemas para el día a día. Y todo ello con un envoltorio que, si bien no ha cambiado mucho respecto anterior (la marca suele ser conservadora en sus diseños), resulta precioso. Sin duda vale cada uno de los casi 100.000 euros que cuesta.

A la parrilla de salida

Después de mejorar nuestras técnicas de manejo y pulir algún que otro vicio al volante (estos cursos son geniales, porque además de rodar por circuitos, enseñan detalles que, por básicos, no siempre recordamos), nos sentamos en los R8 V10 plus. El máximo exponente de la deportividad de la casa de Ingolstadt va por su segunda generación y ha ganado en respuesta y control (gracias también al sistema de tracción quattro). Para sus cursos, Audi no se anda por las ramas y pone a disposición de los participantes la variante plus, que se sitúa por encima del R8 ´normal´ de 540 CV con nada menos que 610 CV.

Un pequeño ´briefing´ con Jordi Gené y salimos a la pista, dividida en dos zonas, para aprender con más detalle el trazado. Para las vueltas completas rodamos en grupos de cuatro, con el instructor siempre delante y hacemos dos tandas de cuatro vueltas (la última a un ritmo menor para enfriar los frenos). Dependiendo de la destreza al volante de los ´aprendices´, el instructor puede ir más o menos rápido, pero siempre sin adelantarnos y con la seguridad y el control por encima de todo.

El R8 V10 plus se encuentra en su salsa dentro del circuito. El exigente trazado del Jarama lo pone a prueba, igual que nuestros ´pequeños´ errores al volante, errores que nos perdona haciéndonos sentir realmente diestros en el arte del pilotaje. Su increíble motricidad, no exenta de nobleza, y su poderío mecánico, que hace que aunque las pocas rectas del trazado se acaben muy pronto, hacen de este superdeportivo de 218.000 euros un vehículo difícil de olvidar.

Después de varias vueltas, hemos de decir que el trabajo de los ´profesores´, siempre pendientes de nuestra seguridad y aprendizaje, da sus frutos y notamos nuestro progreso en cada giro gracias a sus consejos.

Sin duda una oportunidad única a la que nos apuntaremos el año que viene, por la posibilidad de pilotar estos coches de ensueño en un trazado sin radares y, sobre todo, por el equipo humano de la Escuela de Conducción de Audi.