La familia del compacto coreano ya tiene su tope de gama deportivo. El Hyundai i30 N llega a finales de este año con mucho picante y en dos versiones de 250 y 275 CV. Aterriza dispuesto a agitar la dura categoría de los GTI poniendo sobre la mesa una puesta a punto muy ´racing´, rubricada con toda la potencia al eje delantero y una transmisión manual muy precisa. Todo ello con un rango de precios que le hace muy competitivo.

El motor que propone es un ´dos litros´ con cuatro cilindros, que se ayuda de un turbocompresor para proporcionar los dos mencionados rangos de poder. En ambos casos, el par es de 353 Nm y dispone de una función de sobrealimentación ´overboost´ que incrementa alrededor de un 7 % la aceleración en un momento puntual. Asimismo, su caja de cambios manual de seis relaciones (la única disponible) cuenta con recorridos más cortos de palanca y su embrague se ha reforzado para adecuarlo a la fuerza de la mecánica.

Pero esos no son los únicos cambios que incluye el Hyundai i30 N respecto al resto de la gama. Su chasis es más rígido, la carrocería va más pegada al suelo y se han creado unas aberturas aerodinámicas en el frontal para refrigerar mejor los frenos. Los paragolpes tienen otra apariencia, así como las salidas del escape, la parrilla delantera y las llantas, que pueden ser de 18 o 19 pulgadas. Dentro encontramos instrumentación específica, así como varios detalles que nos hacen pensar que estamos ante el i30 más prestacional. El equipo multimedia es el más completo, usa una pantalla táctil de 8 pulgadas y da también información acerca del motor y perfiles dinámicos que, por cierto, se pueden seleccionar por el conductor en el volante (Normal, Eco, Sport, N y N Custom).

El precio del Hyundai i30 N en su variante de 250 CV es de 32.400 euros; el más potente N Performance de 275 CV cuesta 36.400 euros.