Llegó a principios de este año con una imagen muy rompedora y combinaciones mecánicas y de dotación poco frecuentes en su segmento. El Suzuki Ignis tiene un tamaño muy compacto de 3,7 metros de largo, 1,69 metros de ancho y 1,60 metros de alto, pero lo más llamativo es su imagen de pequeño ´crossover´ que, combinada con sus posibilidades cromáticas, le hacen destacar dentro del casi siempre aburrido tráfico urbano. Decimos ´crossover´ porque su altura al suelo de 18 centímetros le deja salvar algún que otro obstáculo (tanto en la ciudad como fuera de ella) y, si tenemos en cuenta que lo podemos configurar con tracción total, tenemos un producto que bien se aleja de la imagen que nos viene de un urbano normal y corriente.

La gama del nuevo Suzuki Ignis es bien sencilla: un solo motor de gasolina de 1,2 litros y cuatro cilindros, que rinde 90 CV, lo cual no está nada mal. Como ligera variante, está la posibilidad de asociar la mencionada mecánica a un pequeño propulsor eléctrico de 3 CV (versión 1.2 SHVS) que ayuda al térmico en fases de aceleración. También actúa de generador para producir energía cuando se retiene el coche en bajadas y la almacena en una batería aparte. Con esta segunda mecánica, el nuevo Ignis se considera un híbrido, y esto le permite contar con las ventajas de circulación e impuestos de este tipo de vehículos. Tiene un sobreprecio de unos 800 euros respecto al 1,2 l. ´normal´. La caja de cambios de serie es manual de cinco relaciones, pero se puede pedir con una automática para la versión de motor térmico (sin el eléctrico) y con tracción sencilla. Quien prefiera el 4x4 tendrá que comprarlo con el cambio manual (tampoco se puede asociar este tipo de tracción con la versión híbrida). Nosotros hemos tenido la oportunidad de probar una unidad dotada del motor de base de gasolina con caja manual y tracción a las ruedas delanteras.

Dentro nos ha sorprendido lo amplio que es teniendo en cuenta su tamaño. Hay espacio para las piernas de los ocupantes traseros y éstos incluso pueden ir cómodos si son altos debido al espacio vertical, además esa bancada se puede desplazar varios centímetros en sentido longitudinal para dar prioridad a la carga o a los pasajeros. Delante hay materiales sencillos, pero agradables al tacto (bien tratados) y destaca la pantalla del sistema multimedia de siete pulgadas que va de serie desde el acabado de acceso GLE, que es el que tuvimos la oportunidad de probar (más adelante veremos el equipamiento). El maletero es grande para la categoría por sus 260 litros de capacidad, volumen que se reduce si llevamos la variante de tracción total a 204 litros debido al espacio que ocupa el diferencial trasero. El resto del habitáculo nos ha gustado por la cantidad de huecos que tiene para dejar todo tipo de objetos y por su apariencia alegre.

En marcha se muestra ágil porque pesa poco (885 kg esta versión con tracción delantera y caja manual) y porque su motor es voluntarioso. Responde bien, sobre todo a partir de medio régimen y estira la zona alta con bastante fuerza. Pese a su altura, la carrocería no balancea en exceso y pisa muy bien si lo sacamos a carreteras. Por sus 90 CV tampoco desfallece al subir repechos, a esto ayudan las acertadas relaciones del cambio manual que, por otro lado, se deja actuar con bastante precisión, igual que el resto de los mandos.

En el capítulo del gasto, el Ignis aprueba con nota: a nosotros no nos ha pasado de 5,6 litros (homologa una media de 4,6 litros por cada 100 km).

Otro de los aspectos a resaltar del pequeño Suzuki es su nivel de dotación, francamente bueno desde el acceso. Hay dos líneas, GLE y GLX, y desde la primera encontramos llantas de 16 pulgadas, aire acondicionado, sistema multimedia con pantalla táctil, manos libres y cámara de visión trasera, barras en el techo y asientos calefactados, entre otros. El otro nivel GLX suma a lo anterior el volante de cuero, la navegación, el programador de velocidad, el arranque por botón, una cámara interior que avisa de obstáculos, peatones y lee las líneas de la vía, y ópticas de Led, entre otros. Con la tracción total se añade un control de descenso de pendientes y un sistema de avance a baja velocidad en superficies más complicadas (reparte el par a las ruedas que más tracción tienen).

El Suzuki Ignis nos ha parecido diferente, muy llamativo y uno de los más capaces de su segmento. Con el motor de 90 CV de gasolina va sobrado y encima su equipamiento es de órdago. El precio de partida, con promociones, es de 12.650 euros, que corresponden a la versión que hemos probado 1.2 GLE. La misma pero con el acabado GLX cuesta 14.400 euros y con el sistema híbrido sube hasta los 15.200 euros. Si monta el cambio automático pilotado de cinco relaciones cuesta 15.300 euros y con tracción total vale desde 14.150 euros.