Presentado en la muestra de Detroit del pasado enero, el nuevo vehículo de representación de KIA va siendo una realidad para nuestro mercado, donde queda configurado con dos mecánicas de gasolina y una diésel. De las dos primeras, la opción menos potente es de 256 CV, que se extraen de un bloque de dos litros y cuatro cilindros; el otro de gasolina es un motor de 3,3 litros con seis cilindros en ´V´ y rinde 375 CV. El diésel es un 2,2 litros de 200 CV con cuatro cilindros. Los tres se montan en disposición longitudinal, como mandan los cánones en las berlinas ´premium´ y se unen invariablemente a una caja de cambios automática con ocho relaciones de convertidor de par. También, al igual que ocurre en los modelos altos de gama de otras marcas, el Stinger puede ser de propulsión trasera o total, con soluciones destinadas en cada caso para mejorar la motricidad.

En lo que respecta al habitáculo, el nuevo KIA apenas acusa su diseño de gran coupé, ya que la caída del techo hacia la zaga no perjudica demasiado la cota de altura en la fila trasera. Aún no se conoce el volumen del maletero.

Lo que si ha desvelado la marca es que las llantas de serie son de entre 17 y 19 pulgadas, dependiendo del motor, y en el caso del más potente se montan pinzas de freno de la casa Brembo. El resto del equipamiento está en línea con el de las berlinas de referencia, como los avisos de seguridad de tráfico cruzado al dar marcha atrás, el de salida involuntaria de carril, la detección de peatones o el de vehículos en los ángulos muertos. También se ha previsto la proyección de datos en el parabrisas (´Head-Up display´) y un programador de velocidad con radar.

Aún queda por conocer su gama de precios, ya que estará a la venta en España a finales de este año.