La gama Mégane se va completando con la aparición ahora de la nueva variante familiar Sport Tourer. Es la cuarta generación del compacto ´break´ y, al igual que el modelo del que deriva, tiene acento español, porque se ensambla en la fábrica de la marca en Palencia y recibe motores y cajas de cambios de las factorías de Valladolid y Sevilla.

El nuevo vehículo de Renault tiene que lidiar en un segmento algo minoritario, pero que poco a poco va ganando adeptos. Con una cuota del 9 % al cierre del año pasado, la categoría de familiares del tamaño ´C´ tiene la particularidad de que apenas ha acusado la llegada de los ´SUV´, que tantas ventas han quitado a otros formatos. A su favor están la practicidad de un interior algo más desahogado en las plazas traseras y un maletero de mucha capacidad, que además se puede cargar hasta el techo. Nuestro protagonista de hoy, el Mégane Sport Tourer da un paso más y muestra el atractivo diseño de la berlina con una estética familiar muy llamativa. Por delante está presente la configuración de ópticas con las características luces de marcha diurna, ya vistas en los últimos modelos de la marca, y por detrás los pilotos estilizados crean una firma luminosa reconocible y sugerente.

Dentro es prácticamente igual que la berlina, copiando los buenos materiales empleados y su equipamiento, donde se puede encontrar la pantalla en disposición vertical de hasta 8,7 pulgadas del sistema R-Link 2. Como tiene 27 centímetros más que el modelo de cinco puertas de base, el Mégane Sport Tourer suma capacidad en la trasera, ofreciendo un espacio récord en esa fila, gracias también a que la distancia entre ejes aumenta 4 centímetros. Estas cotas dan como resultado un ángulo más cómodo para los que se sientan detrás y un maletero inacabable de 580 litros, contando con un compartimento bajo el piso de 55 litros. Con los asientos traseros abatidos (operación sencilla con un botón muy accesible), el volumen aumenta hasta los 1.695 litros.

La oferta mecánica se basa en la estructura del Mégane, con tres variantes de gasolina (100, 130 y 205 CV) y cuatro diésel (90, 110, 130 y 165 CV). En todos los casos menos en el gasolina y el gasóleo más potentes, las cajas de cambios son manuales de seis relaciones. Los dos mencionados usan una automática de doble embrague, con siete velocidades para el de 205 CV y seis para el de 165 CV. Durante el primer semestre del año próximo se ha previsto lanzar una versión híbrida asistida que utiliza el motor diésel de 110 CV pero con el apoyo de otro eléctrico, algo ya visto en el modelo Scénic.

Hay seis líneas de dotación para el nuevo familiar: Life, Intens, Zen, GT-Line, Bose y GT. Desde el acabado de base encontramos elementos como el regulador de velocidad con limitador, el asistente al arranque en pendientes, aire acondicionado, radio con conexiones auxiliares y manos libres o el ordenador de viaje, entre otros. Subiendo de nivel aparecen elementos como las ayudas al aparcamiento, el aviso por salida de carril, el reconocimiento de señales de tráfico, el cambio automático de luces de carretera y cruce, los perfiles de conducción Multi Sense (personaliza el coche en varios parámetros), el climatizador doble, el mencionado sistema multimedia con navegación en pantalla táctil de hasta 8,7 pulgadas, las ópticas de Led o las llantas de hasta 18 pulgadas. Opciones interesantes pueden ser el techo panorámico, la proyección de datos en color en una lámina delante del parabrisas ´Head Up Display´, las ruedas traseras directrices (de serie en el más potente) o el aparcamiento asistido, entre otros.

Los precios de la gama Mégane Sport Tourer parten desde los 17.330 euros del gasolina de 100 CV y desde los 18.650 euros del diésel de 90 CV.