La llegada del nuevo y espectacular integrante de la familia Cross Country, que engloba las versiones más camperas de algunos de sus modelos (más altura al suelo, molduras protectoras en la carrocería y la tracción total en casi todos los casos), está prevista para principios del año próximo.

Si hacemos algo de historia, descubrimos que ahora se cumplen veinte años de la aparición del primer Cross Country, el V70 XC, que sumó muchos adeptos al poco de salir a la venta. A su favor presentaba un aspecto distinto, que combinaba el refinamiento del familiar de lujo sueco con las opciones de un todocamino medio. En el año 2000 tomó el relevo la segunda generación, con una apariencia más atrevida que además ganaba en altura al suelo. En 2002 adoptó, con la llegada del XC90 (el primer ´SUV´ de Volvo), un nuevo sistema de tracción integral más efectivo en campo y se cambió el nombre a XC70 para unificarlo con el de su hermano mayor. La tercera generación comenzó su andadura en 2007, siendo más elegante y lujoso. Su éxito fue notorio en muchos mercados, especialmente en el norteamericano, donde se ha vendido la mitad de la producción.

El nuevo Volvo V90 Cross Country, que pasará a la línea de producción este otoño, coge el testigo del afamado XC70, elevando aún más el lujo y la eficiencia, con las posibilidades de dotación de la avanzada familia 90, la estrella de la firma.

La gama cuenta con los motores de nuevo cuño ya vistos en el gran familiar de Volvo. Se configuran con una arquitectura de cuatro cilindros en un bloque de dos litros, en dos opciones de gasolina (T5 de 254 CV y T6 de 320 CV) y otras dos diésel (D4 con 190 CV y D5 con 235 CV). La tracción total permanente va de serie y se unen a una caja automática, aunque el D4 puede ser también manual.

Dentro, se beneficia de un habitáculo muy amplio en todas sus plazas, gracias al tamaño del vehículo (el familiar del que deriva mide 4,93 metros) y su maletero ronda los 560 litros de capacidad.

En cuanto a la dotación, incorpora los últimos avances de la marca en ayudas a la conducción y seguridad, entre los que destaca el sistema que intenta evitar que el coche no se salga de la vía y minimiza los daños a los ocupantes en caso de accidente, además de los ya vistos, como el reconocimiento de señales, el control de velocidad activo, el aparcamiento asistido o la frenada de emergencia.

Los precios parten desde los 56.873 euros del D4 en diésel y desde los 60.967 euros del T5 en gasolina.