Jaguar ha tardado en asomar la cabeza por el elitista segmento de los 4x4 de lujo. Pero nunca es tarde, porque a su nuevo F-Pace no le faltan argumentos para complicarles las cosas a sus consolidados contrincantes ´premium´. El F-Pace es un ´SUV´ de 4,73 metros de largo, muy vistoso, de indudable personalidad Jaguar, que se beneficia de varias soluciones de Land Rover para el ámbito de tierra.

Se puede adquirir con precios que parten desde los 46.200 euros y la gama se configura con dos motores diésel, un 2,0 l. de cuatro cilindros de 180 CV y un 3,0 l. V6 de 300 CV y dos de gasolina, ambos también de 3,0 l. V6 con 340 y 380 CV. Las cajas de cambios son automáticas de ocho relaciones en todos los casos, aunque el diésel menos potente se puede asociar a un cambio manual de seis marchas al que se puede unir la tracción sencilla a las ruedas traseras.

El resto cuenta con la tracción total inteligente de serie. Nosotros hemos podido probar un F-Pace con el interesante motor de gasóleo de acceso junto al cambio automático, gracias a Premiercar, concesionario oficial de Jaguar y Land Rover en Murcia.

Las dimensiones exteriores permiten un interior bastante desahogado en todas las cotas, incluso en las traseras y el maletero es uno de los mejores de la categoría por sus 650 litros. Delante, pese a la altura al suelo de la carrocería (21 centímetros), es posible sentarse en una posición baja que recuerda a la de un turismo. Esto ya nos da una idea de que el enfoque del nuevo Jaguar es principalmente para el asfalto. La calidad de los materiales es bastante alta, especialmente en las zonas más expuestas, y la instrumentación es completa, sobre todo si se opta por la pantalla de 12,3

pulgadas personalizable en lugar de la de los clásicos relojes.

Al volante, el Jaguar F-Pace 20d de 180 CV responde de sobra, por eso sólo buscaríamos versiones más potentes si nuestro estilo de conducción fuera más decidido o bien viajáramos con mucha carga frecuentemente. El cambio automático de convertidor de par y levas en la columna de dirección es otro de sus puntos fuertes: transiciones rápidas, sabe retener el coche en bajadas y ahorra metiendo desarrollos largos lo antes posible. Tiene un modo deportivo y otro de marcha normal, que se complementan con los perfiles de conducción (normal, deportivo, ahorrativo y ´off-road´) que modifican también la respuesta del motor, dirección y suspensiones.

En el apartado del consumo, el modelo de Jaguar destaca por su poca sed al homologar 5,3 litros en ciclo mixto. A nosotros nos ha dado algo más en las pruebas, pero los registros han sido satisfactorios para un vehículo de casi 1.800 kg.

Existen varios niveles de dotación con este motor de gasóleo de 180 CV: Pure, Prestige, R-Sport y Portfolio. De serie y desde el acabado de base (52.000 euros con cambio automático y tracción total) porta elementos como el programador de velocidad, un sistema inteligente para avanzar en tierra entre 4 y 30 km/h, el asistente al arranque en pendientes, la dirección activa, el climatizador doble, las llantas de 18 pulgadas, el sistema multimedia con pantalla de 5 pulgadas, la frenada autónoma y el aviso por cambio de carril involuntario, por citar algunos.

Nuestro R-Sport (61.950 euros) completa con llantas de 19 pulgadas un exterior de apariencia más deportiva gracias a los paragolpes específicos. También aparecen los faros bi-xenón, los asientos de cuero, el reconocimiento de señales y el acceso y arranque sin llaves, entre muchos otros. En opción, el extenso listado se puede redondear con un sistema de audio mejorado con pantalla de hasta 10,2 pulgadas, llantas de hasta 22 pulgadas, la proyección de datos en el parabrisas, varios tipos de asientos y un sinfin de aditamentos de alto nivel