La conocida marca inglesa no sólo es fiel a su filosofía lúdica de tan característico tacto, también recuerda su remoto pasado brindando por el modelo que supuso la génesis de los MINI: el Austin Seven de 1959. Por eso lanza una edición especial que abarca los formatos de tres y cinco puertas con una carta de elementos que subrayan su exclusividad.

El nuevo acabado, que ya está disponible, se asocia con cuatro variantes, tanto en una carrocería como en otra: Cooper S (gasolina de 192 CV), Cooper (gasolina de 136 CV), Cooper SD (diésel de 170 CV) y Cooper D (diésel de 116 CV). Las cajas de cambios son manuales de seis relaciones de serie, aunque pueden optar por la automática Steptronic de igual número de marchas.

Dentro de los elementos más distintivos de los MINI Seven están los cuatro colores especiales para el exterior, donde destaca el exclusivo ´Lapisluxury Blue´ (los demás son uno blanco y dos metalizados negro y verde), también cobran protagonismo los retrovisores y el techo, pintados de un color plateado diferente al resto de la carrocería llamado Melting Silver. Las llantas son de 17 pulgadas y en opción hay unas de 18 pulgadas. Rematan los detalles del exterior las decoraciones con el distintivo ´Seven´ junto a los intermitentes laterales. Dentro, lo más llamativo son los asientos deportivos de tela y piel. En la carta de dotación están los faros de Led para todas las funciones, el programador de velocidad con función de frenado, los modos de conducción MINI Driving Modes (estándar, deportivo o ´limpio´), el climatizador, las luces de ambiente que cambian su color o una superficie para modular la carga del maletero, entre otros.

Todo esto se puede completar con un sonido mejorado de la firma Harman Kardon, una instrumentación más completa, la pantalla del salpicadero de hasta 8,8 pulgadas con navegación o la proyección de datos en una lámina delante del parabrisas, por citar algunos.