Llega la cuarta generación del híbrido más conocido, que aporta un diseño aún más futurista y mayor placer de conducción. Sus 4,54 metros de longitud dan como resultado un interior muy convincente y práctico por su espacio y comodidad. Detrás, el diseño de la carrocería -el techo baja algo más que en la generación anterior-, condiciona un poco la cota de altura, aunque adultos de talla normal no tendrán problemas para viajar en esa parte del coche. Delante nos parece muy amplio gracias a la nueva configuración del salpicadero, que conserva la posición central del tablero de mandos, complementado con otra pantalla táctil de 7 pulgadas que gobierna el equipo multimedia y navegación, además de otros parámetros. La palanca de cambios pasa a la zona baja del salpicadero y su antiguo lugar lo ocupa una superficie apta para recargar móviles de forma inalámbrica y dos útiles huecos para envases de líquidos. No podemos pasar por alto el estupendo maletero que presenta, pues con sus 502 litros de carga supera a muchos rivales sin tanta carga tecnológica (y por tanto con más posibilidad de espacio), lo que demuestra la óptima disposición de los distintos elementos del sistema híbrido, que ha reducido un poco el tamaño de la batería para ganar en habitabilidad.

El Toyota Prius se conduce como cualquier automático. Hay que fijarse en la información del display de control porque, como arranca en eléctrico, después de pisar el freno y pulsar un botón, no se escucha absolutamente nada. Y así emprende la marcha en completo silencio movido por un propulsor eléctrico y durante varios kilómetros, siempre que las baterías tengan carga -de un uso anterior, este Prius no se enchufa- y a condición de que no necesitemos mucha aceleración y hasta una velocidad de 120 km/h -antes era hasta unos 80 km/h-. En ese caso, el motor térmico entra en acción, pero con un sonido mucho más atenuado que antes, aunque, como el acumulador tiene más capacidad y es menos sediento que su antecesor, necesita menos apoyo del motor térmico.

Hay varios modos de conducción seleccionables junto a la palanca de cambios. El exclusivamente eléctrico ´EV´, que fuerza la movilidad con este tipo de motor siempre que la pila esté con carga; hay otro perfil ´Normal´, en el que los ordenadores del vehículo analizan la conducción para que ésta sea lo más eficiente posible, combinando los dos tipos de mecánicas; otro ´Eco´ que busca el máximo ahorro sin tener en cuenta las prestaciones y otro ´Power´ que, por el contrario, procura más reacciones. Como en la generación precedente y en otros híbridos del fabricante, la posición ´B´ de la palanca selectora hace que se aproveche más la energía en fases de retención. Esta vía de obtener carga para las baterías -de Hidruro de Níquel-, se suma al trabajo de uno de los motores eléctricos -tiene dos- que es el que hace de generador para los acumuladores. El otro eléctrico tiene una potencia de 72 CV y su propósito es impulsar al vehículo, bien por sí solo o ayudando al motor térmico. El propulsor de gasolina consiste en un bloque de cuatro cilindros y 1,8 litros de cubicaje que rinde 98 CV, muy optimizado para conseguir más eficiencia. El poder total del conjunto es de 122 CV.

En cuanto al importante capítulo del gasto, el nuevo Toyota Prius logra una homologación de 3,0 litros por cada 100 km, si bien a nosotros nos ha subido algo más, pero en todo caso ha sido un valor bajo. En carretera aumenta algo el consumo, ya que el motor térmico es el que asume casi todo el protagonismo, pero en ciudad es realmente donde se ve el ahorro, ya que, como hemos dicho al principio, se pueden recorrer varios kilómetros en modo eléctrico sin gastar gasolina.

No podemos pasar por alto la mejora dinámica que ofrece este híbrido. Las virtudes de la nueva plataforma GA-C se dejan notar, rubricadas con un eje delantero muy elaborado de tipo MacPherson, que ayuda a que la dirección sea más precisa y ofrezca más información del terreno por el que vamos, y un eje trasero de doble triángulo.

En materia de seguridad y dotación, el Prius cuenta con el sistema ´Toyota Safety Sense´, que agrupa varias soluciones destinadas a la seguridad, como el sistema de precolisión, que puede detener el coche -previo aviso al conductor- si éste no actúa al detectar un posible impacto con otro vehículo o peatón; el control de velocidad por radar que puede mantener la distancia al coche precedente y frenar hasta detenernos si es necesario; el avisador de cambio involuntario de carril que incluso interviene en el volante para evitar una salida de la vía; el cambio inteligente de las luces de cruce y carretera; otro sistema que reconoce las señales de tráfico, así como el chivato de objetos en los ángulos muertos.

El precio del Toyota Prius 1.8 VVT-i hybrid es de 29.990 euros en su única y equipada versión disponible.