El nuevo X1 saca ventaja a sus contrincantes en el segmento de los ‘SUV’ compactos con clase, en el que la tecnología y el refinamiento son los que mandan. Para ello esgrime, además de estos argumentos, un diseño muy bonito y la última hornada de mecánicas del fabricante alemán. Con eso el éxito está asegurado.

El BMW X1 tiene una longitud de 4,44 metros, una anchura de 1,82 metros y una altura de 1,59 metros, medidas muy compactas que no hacen mella en un interior desahogado en sus cinco plazas; más bien al contrario, porque el nuevo modelo supera al anterior en espacio, y eso que la distancia entre ejes disminuye casi 10 centímetros y su longitud es más corta. Aun así, hasta el maletero suma capacidad para llegar a los 550 litros, 85 litros más que antes.

La gama del BMW X1 consiste en dos motores de gasolina, 18i y 25i con 136 y 231 CV, respectivamente, y tres diésel, los 16d con 116 CV, 18d con 150 CV, 20d con 190 CV y 25d con 231 CV. La tracción es a las ruedas delanteras en los 18i y 16d, que son bloques de tres cilindros, el resto se puede elegir con tracción total inteligente ‘xDrive’, excepto en los 25d y 25i, en los que viene de serie. También están disponibles las cajas automáticas, que son de seis marchas para los menos potentes de gasolina y diésel y de ocho relaciones para el resto. Nosotros hemos tenido la posibilidad de probar una unidad de gasóleo de 190 CV con tracción total (xDrive) y cambio automático de ocho velocidades, una combinación que destaca por su equilibrio dentro de la gama.

Al volante del BMW X1 20d xDrive con caja automática descubrimos que es un vehículo capaz de rodar a ritmos altos sin acusar falta de potencia. La sensación es de agilidad y las reacciones son seguras y previsibles, ayudadas por la tracción total que consigue una motricidad más alta en condiciones adversas. Su sobrecoste es de unos 3.500 euros. Además también ayuda a la conducción fuera del asfalto la altura libre al suelo de 18,3 centímetros, aunque el tarado de las suspensiones, firmes aun en modos de conducción de confort, y las llantas propuestas de bajo perfil, pueden sacudir un poco la carrocería si la pista está muy rota. Para un uso rutero (el enfoque principal del vehículo), el X1 20d convence por comodidad de marcha y encima ahorra en combustible. En ese sentido, la media que homologa esta versión con la caja de ocho relaciones es muy buena por sus 4,9 litros por cada 100 km.

En cuanto a la mecánica, el probadísimo 2,0 l. diésel sube 6 CV respecto a los anteriores 20d para ofrecer unos 190 CV dosificables y progresivos, que sacan una interesante fuerza cuando se les requiere. Es cierto que las reacciones no son las mismas que cuando va montado en un Serie 1, por ejemplo, pero es que el X1 que analizamos hoy, pese a su tamaño coqueto, ya pesa 1.625 kg y encima carga con el mecanismo de la tracción total. Aun así, en carretera apoya muy bien, y eso que es un coche alto, y apenas balancea. Eso no significa que notemos todo lo que hay en el suelo, más bien al contrario, pues parece que montamos en una berlina más grande por el trabajo de aislamiento de vibraciones y ruidos. Para ir terminando con las sensaciones, notamos el típico sonido en frío de los diésel de cuatro pistones de BMW, pero se relaja pronto y apenas se escucha (incluso a altas vueltas) en marcha. Tampoco podemos pasar por alto la extraordinaria caja de cambios automática de ocho velocidades, que viene de serie con este motor diésel de 190 CV. Mejora muchísimo la conducción y es una de las más avanzadas del mercado.

Ser uno de los mejores de su clase implica también una dotación moderna y completa. De serie todos los X1 montan elementos como la pantalla de 6,5 pulgadas en el salpicadero gobernada por el mando ‘iDrive’, que muestra las funciones del sistema multimedia con conectividad USB, el aire acondicionado, un selector que puede adaptar varios parámetros del coche (respuesta, dirección, caja de cambios...) según los perfiles ‘Confort’, ‘Sport’ y ‘EcoPro’ (este último permite la conducción a ‘vela’ poniendo punto muerto cuando no se acelera), entre otros muchos más. El X1 se puede vestir con más dotación, como el sistema multimedia con una pantalla mayor (8,8 pulgadas), el aparcamiento asistido, la proyección de datos en el parabrisas (muy completa), la suspensión de dureza variable, una dirección más deportiva, los asistentes de mantenimiento de carril con radar y conducción en atascos, y llantas de hasta 19 pulgadas. Además de esto, la marca pone a disposición unos paquetes que personalizan la carrocería y el interior con varios detalles (‘Advantage’, ‘Sport Line’, ‘xLine’ y ‘M Sport’).

El precio del BMW X1 con esta mecánica empieza en los 37.900 euros con tracción sencilla sDrive. Si lo queremos con la que hemos probado xDrive cuesta 39.900 euros.