El Tivoli, último integrante de la familia SsangYong, es un interesante todocamino de 4,2 metros de longitud, un formato que le permite habitar la ciudad con soltura y salir fuera de ella con espacio y comodidad. Se puede adquirir con un motor de gasolina de 1,6 litros de 128 CV, otro de igual cilindrada de ciclo diésel de 115 CV y una tercera opción basada en el primero, con la misma potencia pero que puede funcionar también con GLP (gas licuado de petróleo). Los cambios asociados son manuales de seis marchas en todos los casos y en el gasóleo está disponible también con una caja automática de seis marchas.

Otra de sus bazas sobre la competencia es que puede montar la tracción total (algo que no es habitual en su segmento), con la mecánica diésel. Esto le aporta más posibilidades de movilidad por zonas abruptas, en las que además puede hacer valer puntualmente la función autoblocante para salvar un paso más comprometido. Nosotros para esta ocasión nos quedamos con esta variante diésel pero con la tracción sencilla 4x2 (a las ruedas delanteras), algo común al resto de mecánicas junto a la caja de cambios manual.

Bien planteado, el nuevo Tivoli es una muestra de la enorme progresión del fabricante coreano en materia de calidad percibida y diseño. Funcional, pero nada espartano, más bien al contrario (agradable y juvenil), el habitáculo muestra plásticos blandos en algunas zonas y la sensación en general es la de contar con buenos remates. El puesto de mandos se completa con un tablero de instrumentos de fácil lectura y en el que no se echa en falta información alguna. El espacio en todas las plazas es amplio y sorprende para las dimensiones del coche, con una cota de altura en los asientos traseros holgada y un maletero que ofrece unos aprovechables 423 litros de capacidad.

En marcha, el Tivoli diésel es solvente, destaca su respuesta viva desde bajo régimen y acaba con un remate (aún con fuerza) rondando las 4.000 rpm. El bloque de 1,6 litros y 115 CV tiene un par máximo de 300 Nm entre 1.500 y 2.500 revoluciones. En nuestro caso, con la tracción sencilla 4x2 y la caja manual de seis relaciones, el consumo es realmente bajo por sus 4,3 litros cada 100 km homologados. Con la tracción total, que no necesariamente implica el cambio automático (otra ventaja a la hora de su configuración por parte del cliente), aumenta hasta los 4,5 litros y con la caja automática llega hasta los 5,5 litros.

En carretera es aplomado, transmite mucha confianza y, gracias a la fuerza del motor desde pocas vueltas y a su elasticidad, no es necesario recurrir en exceso al cambio de marchas. Un cambio que, por cierto, es preciso en su manejo y no plantea ningún problema.

Hay dos líneas de dotación para este propulsor: ´Premium´ y ´Limited´. De inicio, el Tivoli monta equipo de audio con conectividad auxiliar y manos libres ´Bluetooth´, siete airbags, arranque en pendiente, tapicería mixta con cuero y tela, control de velocidad, cámara de visión trasera, testigo de presión de ruedas, climatizador doble, asientos abatibles por partes asimétricas, llantas de 16 pulgadas y luces de marcha diurna, entre otros. El ambiente ´Limited´ suma las llantas de 18 pulgadas, la carrocería en dos tonos, los asientos delanteros y el volante calefactables, los retrovisores eléctricos, los sensores de lluvia y luces y el navegador con pantalla de 7 pulgadas.

El SsangYong D16T cuesta desde 18.000 euros en la versión 4x2 y 20.000 euros en el caso del 4x4. Con la caja automática vale desde 21.500 euros. Estos dos últimos son algo más altos, pero hay que tener en cuenta que implican versiones más equipadas (un listado superior a la media del segmento) y por lo tanto el precio se justifica.