Bestial, descomunal, impresionante... se agotan los adjetivos cuando la dejamos aparcada en cualquier sitio. No hay que entender mucho de esto, tanto si te gustan la motos, como si no, la Suzuki Intruder M1800R no te dejará impasible. Si eres de los primeros, la ecuación se complicará aún más, puesto que, aunque lo tuyo sean las deportivas, o las clásicas, incluso las trail, un sólo vistazo te hará pensar en lo que se podrá sentir a sus mandos. Si eres de los segundos, te rascarás la cabeza pensando como una moto puede ser tan grande y tan...!atractiva!

Mide casi dos metros y medio de largo -2.485 mm- y pesa casi 350 Kg., su inmenso neumático trasero 240/40R 18 casi le permite mantener el equilibrio aún sin caballete y sus líneas son tan impresionantes como singulares. No se parece a nada, la sucesión de curvas que componen su silueta son como una sinfonía y sus escapes no desentonarían en el órgano de una catedral. Con todo, el resultado final es muy acertado y no hemos encontrado a nadie capaz de ponerle un pero.

Una vez conseguido el impactante resultado estético, hay que hacerlo funcionar y, gracias a la avanzada tecnología que oculta, damos fe de que se consigue.

Así, el impresionante V2 a 54º cuenta con 4 válvulas por cilindro, refrigeración líquida y los pistones más grandes que se hayan montado en una moto. Con 125 CV a 6.200 rpm y 160 Nm a 3.200 vueltas, su empuje es... bestial.

Para sujetar semejante potencial se recurre otra vez a tecnologías nunca vistas en una custom, así las suspensión delantera es invertida con barras de 47 mm., las pinzas de freno son radiales, la suspensión trasera es por bieletas y regulable en 7 posiciones, etc.

Y, ¿para qué sirve esta super custom? Si tienes experiencia, para vencer su poca manejabilidad en parado y a baja velocidad, podrás usarla a diario y harás girar cabezas a tu paso por la ciudad. Si aceleras con decisión, en cualquier momento, su sonido y empuje te embriagarán y, si estas fuerte, agárrate porque corre mucho y se aguanta y frena bien.