La cuarta generación del exitoso Renault Mégane, líder indiscutible de nuestro mercado, llegará a mediados de febrero próximo con un renovado planteamiento. Su nueva imagen, mucho más moderna y compacta, es sólo la punta del iceberg de un coche donde todo es nuevo y que incorpora los últimos estándares en materia de diseño, calidad y tecnología de la marca.

De hecho, el nuevo Mégane emplea la misma plataforma que los Espace, Talisman y Kadjar, que tan buenas impresiones nos han causado, y se trata del primer modelo del segmento en incorporar (opcionalmente y en función de la versión) el sistema de cuatro ruedas directrices ´4 Control´, algo que no está disponible en los Mercedes-benz Clase A, BMW Serie 1 o Audi A3.

Estéticamente luce el mismo estilo que debutó en el Espace y continuó en el Talisman, con trazos limpios y rotundos, donde tenemos 1/3 de cristal y 2/3 de chapa, una cuidada aerodinámica y unos sofisticados grupos ópticos que le hacen más ancho (en cierto modo nos recuerda a un Clase A).

El nuevo Mégane es más grande, mide 6 cm. más de largo, hasta un total de 4,36 m , pero da la sensación de serlo aún más, y es que la reducción de altura en 25 mm. y sus voladizos todavía más cortos, así lo subrayan. Este crecimiento le confiere uno de los interiores más amplios de su categoría y se consigue sin aumentar el peso respecto a su antecesor. Hay que destacar también su generoso maletero de 384

litros de capacidad que llega hasta los 1.247 litros si abatimos sus asientos.

El diseño del habitáculo también sigue las trazas de sus mayores, con mejores materiales y ajustes. El salpicadero está presidido por una pantalla que, dependiendo del sistema multimedia puede ser de tres tamaños: 4´2, 7 y 8´7 pulgadas, la mayor del segmento y dispuesta en vertical. La sensación de calidad nos recuerda a la de sus competidores alemanes, además de aportar muchos detalles de dotación, como la información proyectada en el parabrisas en color, las luces automáticas con Led para todas las funciones, el sistema Multisense con 5 modos de conducción, el sonido Bose con 8 altavoces, los asientos con masaje incorporado o el aparcamiento automático, además de una batería de ayudas electrónicas a la conducción, como el programador de velocidad activo, la alerta por cambio de carril involuntario, el reconocimiento de señales y el avisador de ángulos muertos.

A nivel dinámico poco tiene que ver con su antecesor, con el mayor ancho de vías del segmento (más delante que detrás) y sus 5 modos de conducción, que oscilan entre perfiles más ahorrativos o más prestacionales, en los que es sencillo encontrar la posición que más se adapte a

nuestros gustos o necesidades de la vía.

Siempre fácil de conducir, en nuestra toma de contacto destacamos su suavidad y progresividad, ya sea con los diésel de 90, 110 ó 130 CV, con cambio manual de 6 velocidades (a mediados del año próximo llegarán los 110 y 165 CV con cambio automático de doble embrague y 6 marchas) o los gasolina de 100 ó 130 CV. Su calidad dinámica es excelente, por tacto de dirección y confort. Caso aparte es el Mégane GT, una variante deportiva (ya vendrán los RS) con motor de gasolina de 205 CV y cambio automático de doble embrague con 7 velocidades y levas en el volante. Detalles como su color exclusivo, las llantas de 18 pulgadas o los asientos deportivos, refuerzan la condición ´sport´ de un coche

divertido, preciso y que gracias a su dirección a las 4 ruedas, hace gala de una agilidad impresionante.

Con precios entre los 16.600 y los 24.800 euros (26.900 euros para el GT) y seis completos niveles de equipamiento, susceptibles de mejorarse con interesantes packs, el nuevo Mégane tiene todas las bazas para mantenerse como el líder de ventas de nuestro país.