Las prestaciones y sensaciones que han procurado los Porsche 911 son incuestionables, sin embargo, siempre han sido coches exigentes, o incluso muy exigentes, para con su conductor. Esta condición cambió con la llegada de la actual generación en 2012 (código interno 991), cuyo mayor tamaño y confort se acompañó con múltiples milagros electrónicos que le convirtieron en un modelo relativamente sencillo y asequible a todos los niveles de conducción.

Ahora, la actualización de estos 991, cuyo cambio más importante es la sustitución del aclamado motor de seis cilindros opuestos de 3.8 litros, por los nuevos de 3.0 litros biturbo de la misma arquitectura, se salda con un sensible aumento de potencia (370 CV para el Carrera y 420 CV para el Carrera S) y par (450 y 500 Nm), una reducción en materia de consumos y emisiones y un carácter aún más dulce, divertido y atractivo. Suena igual de bien (incluso mejor, pues se añade el ´silbido´ de los turbo) y estira rápida pero también progresivamente hasta el corte de encendido, allá por las 7.500 rpm, unas cifras que hasta ahora no habíamos visto en un motor turbo.

Una maravilla que, gracias a su increíble conjunto del bastidor y suspensiones, podremos explotar a placer en todo tipo de carreteras y circunstancias. Las innumerables ayudas mecánicas, hidráulicas y electrónicas a la conducción, velarán por nuestros excesos de optimismo, los todavía más potentes frenos nos cortarán el hipo y, sí algún mal llamado purista echase de menos la manejabilidad de los 997, el antecesor de los 991, sucumbirá al opcional sistema de cuatro ruedas directrices que le otorga una ´diabólica´ manejabilidad. Además, esta versión de eje trasero direccional monta de serie un diferencial autoblocante mecánico que mejora la motricidad en apoyos. También la suspensión activa de dureza variable de serie hace al nuevo 911 más efectivo en conducción rápida y relajado a un ritmo normal; baja la altura al suelo 10 mm. pero tiene un sistema que eleva el frontal cuatro centímetros para no rozar en la rampa de un garaje, por ejemplo. También se ha incrementado la anchura de las llantas del eje trasero en todas las versiones.

En materia de consumo, quizá algo accesorio en un 911, descubrimos con agrado que ha bajado una media de un litro respecto a las versiones anteriores, hasta conseguir unas homologaciones de 8,3 litros para el Carrera y de 8,7 litros para el Carrera S. Y por supuesto, el 911 sigue estando disponible con variantes automáticas ´PDK´ de siete velocidades (el cambio manual es también de siete).

Aparte de la exquisita renovación mecánica, los nuevos 911 Carrera y Carrera S mejoran un interior, que ya era excelente, en el que destaca la pantalla táctil de gran tamaño como parte del sistema ´Porsche Communication Management´, que integra un avanzado navegador con conexión a internet y control por voz. La opción del Paquete ´Sport Crono´ incluye un mando giratorio en el volante que permite elegir entre varios modos de manejo que cambian parámetros de la dirección, suspensión, y respuesta de la cadena cinemática, como la caja de cambios PDK opcional y los umbrales de actuación de las ´necesarias´ asistencias electrónicas a la conducción. También dispone de un botón que hace que las prestaciones sean las máximas durante 20 segundos.

Sí, aunque parezca increíble, este nuevo 911 es todavía mejor: más cómodo, más rápido, más divertido, más emocionante€ y con un precio de partida de 107.653 euros. Aprovechemos, estos señores están ya trabajando para empujar un poco más los límites en su próxima generación y, por el momento, no podemos ni imaginarnos cómo.