Renault ha roto esquemas con la reinterpretación de su famoso monovolumen Espace, uno de los pioneros de su segmento, que revolucionó el concepto de movilidad familiar hace 30 años. Ahora, después de 1.250.000 unidades vendidas, el modelo francés vuelve con aires de ´crossover´ y una calidad de alto de gama.

Disponible con bloques de 1,6 litros en dos versiones diésel de 130 y 160 CV y una de gasolina de 200 CV, las cajas de cambios son automáticas de doble embrague (EDC de Renault) en los dos más potentes, con seis marchas en el de 160 CV y siete en el de 200 CV. El gasóleo de 130 CV va asociado exclusivamente a un cambio manual de seis relaciones. Nosotros pudimos disfrutar recientemente de una unidad de pruebas dotada con el motor de 160 CV, una delicia por suavidad y ahorro, más aún si va unida al acabado tope de gama, lleno de detalles como más adelante veremos.

El nuevo Renault Espace tiene una longitud de 4,86 metros de largo, 1,88 metros de ancho y 1,67 metros de alto. Así, el habitáculo promete grandes dosis de espacio y confort en un interior configurable con cinco o siete asientos. En el primer caso, el lugar de carga puede llegar hasta los 785 litros desplazando longitudinalmente la segunda fila hacia delante; con siete asientos, el hueco usando cinco plazas tiene un máximo de 720 litros. Si viajan siete personas el maletero es todavía aprovechable por sus 247 litros. Hay que decir que las últimas dos plazas de la tercera fila son cómodas hasta para adultos y disponen de salidas de ventilación y luces de cortesía. Otro aspecto práctico es que los asientos tienen un plegado muy fácil gracias a una botonera en el maletero.

En marcha, el propulsor de 1,6 litros de 160 CV se muestra refinado y su respuesta tiene energía a casi cualquier régimen, gracias a los dos turbos que monta (uno funciona a bajas vueltas y el otro a medias y altas). Además de suave y silencioso, destaca por consumo al homologar una media de 4,7 litros por cada 100 km. Igual que el gasolina de 200 CV, va asociado a una caja de cambios automática de doble embrague.

Realiza las transiciones rápidamente y ayuda a mejorar el consumo porque inserta marchas largas muy pronto. Otro sistema recomendable es el ´4CONTROL´ que hace directrices a las ruedas traseras. Eso lleva a una mayor maniobrabilidad a bajas velocidades (hace al Espace ´más pequeño´ en ciudad) al tiempo que suma estabilidad en carretera.

Todos los elementos implicados en la conducción se modifican en varios perfiles con el ´Renault Multi-Sense´, así el conductor puede adaptar las reacciones entre modos más ahorrativos o más prestacionales (cambian también la espectacular iluminación interior de Led, entre varios colores e intensidades) a través de la pantalla del sistema multimedia, una de las mejores que hemos probado hasta la fecha. Tiene 8,7 pulgadas, se sitúa en sentido vertical, es táctil y accesible. Maneja multitud de dispositivos del vehículo, por eso es mejor dedicarle un aprendizaje previo antes de usarla conduciendo, aunque sus menús son intuitivos. El resto del salpicadero es igual de atractivo y futurista que el exterior, con muchos detalles prácticos como la guantera enorme, que se extrae como un cajón, o la cantidad de huecos que hay repartidos para depositar todo tipo de objetos.

Para este propulsor hay dos líneas de acabado, la ´Zen´ y la tope de gama ´Initiale Paris´, que era la que equipaba nuestra unidad de pruebas.

Esta última supone un sobrecoste de alrededor de 7.000 euros, aunque la dotación que incluye es difícil de superar (cuero, cámara trasera, interior diferenciado y un larguísimo etcétera), además del trato personalizado a los compradores de esta variante de lujo. Los precios del nuevo Renault Espace, hoy por hoy lo máximo del fabricante galo, con el motor biturbo de 1,6 litros y 160 CV, oscilan entre los 35.450 euros del Zen de cinco plazas y los 44.150 euros del Initiale París con siete plazas.