La tendencia de los todocamino con silueta cupé no se queda en formatos que rozan los cinco metros, como el BMW X6 o el recién llegado Mercedes-Benz GLE Coupé. El primero de ellos tiene un hermano pequeño llamado X4, con una longitud de 4,67 metros y el mismo refinamiento de los grandes ´SUV´ del fabricante alemán.

El catálogo de mecánicas adopta las últimas tecnologías de BMW, de las mejores y más completas del mercado por prestaciones y un gasto más que razonable. Así encontramos en gasóleo los xDrive20d de 190 CV, xDrive30d con 258 CV y xDrive35d con 313 CV. En gasolina están los xDrive20i con 184 CV, xDrive28i de 245 CV, xDrive35i con 306 CV e incluso un integrante de la división ´M´, el X4 M40i de 360 CV. Todos tienen tracción integral de serie y caja automática de ocho relaciones, excepto en el caso del xDrive20d, que monta una manual de seis velocidades. Nosotros analizamos esta semana el diésel más potente, el xDrive35d, que tiene unas prestaciones tan fulgurantes que puede dejar atrás a muchos deportivos de raza.

Compartir plataforma con los Serie 3 y X3 es garantía de, entre otras cualidades que más adelante veremos, un encomiable confort de marcha. El diseño interior es muy similar al del todocamino X3, disfrutando así de un puesto de conducción óptimo y unos materiales de referencia. El espacio en las plazas delanteras es amplio, gracias a la generosa cota de anchura del coche (1,88 metros) y a un diseño del salpicadero y paneles de puertas bien planteado. Detrás es también amplio, aunque hay que tener en cuenta que la caída del techo hacia la zaga, por la silueta de cupé, limita un poco la altura útil de la bancada trasera.

De todas formas los asientos van colocados algo más bajos, así se compensa esa cota de altura y permite una postura de conducción similar a la de una berlina. El maletero no está nada mal por sus 500 litros de carga, que se pueden ampliar hasta los 1.400 litros abatiendo los respaldos traseros (tiene tres partes individuales). El portón tiene apertura eléctrica y en opción se puede conseguir que se accione deslizando un pie por debajo del paragolpes trasero.

En marcha no nos cansamos de alabar las virtudes de los bloques de seis cilindros de BMW. Da igual que sean diésel o gasolina, el funcionamiento es refinadísimo y hay una total ausencia de vibraciones. Esto contribuye a la sensación general de calidad de rodadura que destila el vehículo. No en vano, el X4 xDrive35d monta una de las cumbres de gasóleo de la firma, avalado por un motor de tres litros de cilindrada que rinde 313 CV y arroja un par motor de nada menos que 630 Nm entre 1.500 y 2.500 vueltas. La guinda a sus sobresalientes prestaciones la pone un consumo medio homologado de sólo 6 litros por cada 100 km/h, algo francamente bajo para un coche de casi 2.000 kg y más de 300 CV.

Existen varios modos de conducción, como en el resto de los modelos de la marca, para variar los parámetros de la mecánica y adyacentes, bien en favor de la deportividad (sujetando más la carrocería, haciendo la dirección más directa y reaccionando antes al acelerador) o bien primando el ahorro (suavizando la respuesta y poniendo la suspensión más confortable).

Como buen ´SUV´ de BMW, el equipamiento que porta de serie o en opción es de lo más avanzado: proyectores de Led, detección de peatones, programador de velocidad con radar y función de frenado, datos reflejados en el parabrisas, asistente al aparcamiento con cámaras periféricas, conexión a internet o llantas de hasta 20 pulgadas. Además el X4 se puede personalizar entre dos niveles, uno más elegante y clásico u otro de talante más deportivo y vistoso.

El BMW X4 xDrive35d, la opción más potente de gasóleo en la gama, cuesta 64.700 euros. Un coste a la altura de un 4x4 muy avanzado, que derrocha clase en cada detalle y que sus prestaciones le colocan claramente en otra liga frente a sus competidores.