Renovado hace unos meses, el nuevo Kia Rio tiene una longitud de 4,05 metros, un tamaño a caballo entre un urbano y un compacto, y presenta una imagen más actual. El frontal incorpora las luces de día de Led´s en las ópticas, los paragolpes se han rediseñado, los retrovisores incluyen los intermitentes y las llantas pueden ser de hasta 17 pulgadas. Sigue estando disponible con carrocería de tres o cinco puertas y un listado de equipamiento muy completo desde el acceso a la gama.

La oferta mecánica es muy sencilla, cosa que se agradece a la hora de su configuración, contando con un motor de gasolina de 1,2 l. de 84 CV y otro diésel de 1,1 l. con 75 CV. Nosotros nos vamos a centrar en la variante diésel con la carrocería de cinco puertas, cuyo precio parte desde los 10.980 euros.

El Kia Rio es un coche amplio por dentro, en el que la vertiente práctica también se ha potenciado. Detrás resulta espacioso incluso para tres ocupantes (mejor si el del centro es un niño), que gozan de lugar de sobra para las piernas, incluso si los de delante llevan el asiento algo retrasado. Además, el suelo en esta parte del coche es plano, lo cual aumenta la comodidad. El maletero se puede aprovechar muy bien por sus formas interiores regulares. Tiene 288 litros de capacidad que se amplían hasta casi 1.000 litros abatiendo la fila trasera (se hace fácilmente en partes asimétricas). Delante hay menos limitaciones al encontrarnos con un espacio similar al de un compacto. Nos ha gustado el diseño del salpicadero, alegre y con plásticos que, si bien son de tacto duro, tienen una apariencia agradable y bien acabada. El conductor encuentra la postura ideal muy pronto y la instrumentación aparece completa y de fácil lectura. El ordenador de viaje es de serie.

En marcha nos sorprende el propulsor, que responde bien a nuestros requerimientos con sus voluntariosos 75 CV, sacados de un bloque de tres cilindros que cubica 1.120 cm3. Pero no sólo por su respuesta valiente nos llama la atención, sino también por el filtrado de las vibraciones, y eso que su arquitectura tricilíndrica no juega a su favor. La sencillez de conducción se ve acentuada por la palanca de cambios, situada en una posición cómoda y que cuenta con unos desarrollos más cortos en su grupo inicial para sacarle más partido al poder del motor en ciudad. Por carretera es seguro y la carrocería balancea poco para ser un coche de suspensiones suaves.

En el apartado del consumo el Rio homologa unos 3,6 litros de media, una cifra brillante que, aunque nos da un poco más en una conducción real, no va más allá de cinco litros incluso en ámbito urbano, lo cual no está nada mal.

Hay tres niveles de dotación para este motor diésel: ´Concept´ (desde 10.980 euros), ´Drive´ (desde 12.280 euros) y ´Emotion´ (desde 13.480 euros). De serie encontramos elementos como los retrovisores eléctricos, equipo de audio con entrada USB, mandos en el volante y Bluetooth o aire acondicionado. Subiendo de nivel aparecen el programador de velocidad, los sensores de lluvia y luces o la navegación con pantalla a color de 7 pulgadas con cámara de visión trasera.

El KIA Rio pertenece a un segmento con mucho éxito en nuestra región, en la que además triunfan las mecánicas diésel en esta categoría por encima de la media española. Las prestaciones de sus 75 CV son suficientes. Además hay que tener en cuenta los límites de velocidad actuales, el ahorro que supone en combustible para nuestro bolsillo y los siete años de garantía.