Una de las novedades más picantes de lo que queda de año acaba de llegar a nuestro mercado. El nuevo Mazda MX-5 aparece en los concesionarios con una visual más poderosa y dos motores de gasolina. Una gama sencilla, como suele ser habitual en el mítico ´roadster´ japonés, pero con mucha salsa, y que apunta directamente a un público que sabe que las sensaciones al volante no son exclusivas de los vehículos ´premium´ de muchísimos caballos (y muchísimos euros).

Fiel a su estilo, el MX-5 2016 conserva la capota de lona, motor delantero centrado y propulsión trasera. Tres factores que si ya prometen diversión por separado, juntos hacen un cóctel adictivo altamente recomendable.

Las mecánicas consisten en dos motores de gasolina, un 1,5 l. de cilindrada con 131 CV (6 l. de media) y un 2,0 l. de 160 CV (6,9 l. de media), unidos en ambos casos a una caja de cambios manual de seis velocidades, que va tan bien que no echamos en falta una caja automática secuencial.

Pero aún faltan ingredientes: la carrocería de menos de cuatro metros de longitud deja una distancia entre ejes corta (2,31 m.), que acentúa la viveza de unas reacciones no muy habituales. Y por si fuera poco, la posibilidad de quitarle el techo aumenta enteros las posibilidades de diversión; se acciona con la mano, así no tiene automatismos que incrementen el mantenimiento, y se recoge fácilmente detrás de los asientos. Como ésta no entra en el espacio destinado al maletero, no es necesario modular la carga por si plegamos el techo, aunque conviene tener en cuenta los 130 litros de capacidad de éste. Delante, el biplaza ofrece un espacio suficiente para dos y los materiales tienen un tacto agradable.

El salpicadero se inspira en los últimos hermanos de marca y la ausencia de la guantera se suple con un hueco cerrado con una puerta entre los dos respaldos (además de más espacios repartidos por el habitáculo). De serie hay una pantalla táctil de 7" que se gobierna a través del mando ´HMI´ entre los dos asientos, que admite órdenes por voz. El equipo multimedia incluye navegador (en los dos acabados más altos; en los de acceso por 400 euros) y conectividad a internet con diversas aplicaciones, así como los habituales manos libres y conexión a fuentes de sonido.

Y hablando de equipamiento, se han previsto cuatro ambientes que están disponibles en función de la motorización: ´Style´, ´Style+´, ´Luxury´ y ´Luxury Sport´. El primero de ellos se asocia sólo con el motor de 131 CV y forma la oferta de ataque a la gama con 25.000 euros (al final hablaremos de descuentos promocionales). Su listado ya es extenso: ópticas ´full Led´ con luces diurnas, llantas de 16", aire acondicionado, programador de velocidad, y arranque por botón, entre otros. El siguiente escalón ´Style+´ encarece 1.600 euros y suma a lo anterior el avisador de cambio involuntario de carril, el climatizador automático, la tapicería de cuero y los sensores de lluvia y luces. Con esta versión, si el motor escogido es el 2.0 se añaden las llantas de 17" y un diferencial autoblocante.

El ambiente ´Luxury´ incorpora el acceso sin llave, los sensores de aparcamiento traseros, el navegador y luces de carretera automáticas. También, con el motor más potente se añade en este acabado un sistema que aprovecha más la energía en deceleraciones (´i-Eloop´), el sistema de arranque y parada y una suspensión más deportiva. Sobre este ambiente, por unos 1.600 euros más se llega al ´Luxury Sport´, que suma faros adaptativos, asientos Recaro, detector de tráfico trasero y control de ángulos muertos.

Como ya hemos mencionado, la gama arranca en los 25.000 euros del 1.5 de 131 CV; el 2.0 cuesta desde 27.800 euros, aunque hay que restarle la suculenta promoción de lanzamiento de 2.000 euros, además de una bonificación en caso de financiarlo.

Divertidísimo.

  • El nuevo MX-5 tiene un tacto sobresaliente en cualquiera de sus dos motores. Quizá el más potente ofrezca más sensaciones, no sólo por sus casi 30 CV más, sino también por el diferencial autoblocante que asegura una mayor motricidad. Aun así, el propulsor de 1,5 litros de 131 CV cumple de sobra para un coche que se ha aligerado unos 100 kg. respecto a su anterior entrega y que también es ligeramente más corto. Todo un capricho que resulta asequible (ojo a las promociones de la marca), que hace que la capacidad de carga de 130 litros, el habitáculo para dos o las pequeñas turbulencias del aire descapotado, pasen a un segundo plano. Porque en un coche así, lo que importa es pasarlo bien.