El sustituto del Freelander es tan bueno que nos ha hecho olvidar al que fue uno de los mejores de su clase. Ahora, el Land Rover Discovery Sport llega con todo lo que sabe hacer la prestigiosa marca en efectividad por tierra y calidad de marcha, para colocarse por derecho propio en la cima del segmento.

Hay que decir que la gama, a la venta desde finales del año pasado, acaba de adoptar los nuevos motores diésel Ingenium de 150 y 180 CV de la marca, que mejoran las cifras de consumo y emisiones. Como estas mecánicas se acaban de incorporar, nosotros hemos tenido la oportunidad de probar una unidad de prensa con el motor diésel descatalogado 2,2 l. de 190 CV, también muy refinado, con un cambio automático bien conjuntado de nueve relaciones.

A la espera de la nueva remesa de mecánicas, que comprenden esos dos bloques de gasóleo de dos litros de cubicaje y cuatro cilindros, con 150 y 180 CV, podemos centrarnos en las sensaciones en conjunto del ´pequeño´ de los Land Rover y sus excelentes dotes para circular fuera del asfalto.

El Discovery Sport comparte varios elementos de estructura y tecnología con el Range Rover Evoque, no obstante le supera en longitud (unos 22 cm), con un total de 4,60 m. Puede equipar cinco o siete plazas, presentando un volumen de maletero que oscila entre los 480 y 690 litros porque los asientos de la fila central se desplazan longitudinalmente 16 cm. Con siete asientos, el espacio de carga es idéntico si se abaten las dos plazas traseras, porque se quedan bien integradas bajo el piso del maletero, lo cual es una ventaja.

Delante, el puesto de conducción nos ha recordado al de sus hermanos mayores, con un nivel de acabado más propio de Range Rover la división más exclusiva del fabricante. La postura alta beneficia la visibilidad y la información es personalizable a través de una pantalla situada en el tablero de instrumentos en la que pueden aparecer las indicaciones del sistema de reconocimiento de señales (es opcional). También está disponible la proyección del panel de instrumentos en el parabrisas. Además, otra pantalla táctil de 8 pulgadas en el centro del salpicadero muestra los datos de climatización, multimedia y navegación.

En marcha el motor apenas se escucha y las vibraciones llegan muy filtradas al habitáculo. Su respuesta es buena desde pocas vueltas y el cambio automático de nueve relaciones consigue que gire siempre a un régimen óptimo y que ahorre en carretera en marchas largas (la novena es larguísima). Se ha sustituido la palanca del cambio por un cómodo mando giratorio que emerge al pulsar el botón de arranque. También se puede cambiar de marcha con las levas que tiene el volante.

Mención especial merecen sus aptitudes ´off-road´, que le alejan bastante de la mayoría de candidatos de la competencia. Mediante el sistema ´Terrain Response´ elegimos entre modos específicos de Hierba, Gravilla, Nieve, Barro, Surcos y Arena.

A ello hay que sumar una altura libre al suelo de 21 cm. y unos ángulos de entrada y salida de 25 y 31 grados, respectivamente. La tracción total inteligente reparte el par entre los dos ejes dependiendo de la necesidad y, también de serie, incorpora más ayudas a la tierra como el control de descenso de pendientes y un sensor de vadeo que indica a qué profundidad está el suelo cuando se pasa un río (el Discovery Sport soporta una altura de agua máxima de 60 cm.). La eficiencia no se ha olvidado en el nuevo 4x4 de Land Rover, por eso se le ha añadido un modo de conducción ´ECO´ que modifica varios parámetros para economizar carburante, además del sistema ´Start&Stop´ que cala el motor en detenciones. Así, el consumo combinado con el motor descatalogado de 190 CV es de 6,1 litros por cada 100 km. El nuevo equivalente de 180 CV ronda los 5,1 litros, lo cual mejora sensiblemente los registros del anterior.

Disponible con cuatro niveles de acabado (´S´, ´SE´, ´HSE´ y ´HSE Luxury´), el Discovery Sport monta elementos como la frenada autónoma que evita las colisiones por alcance por debajo de 50 km/h (si el conductor se despista), un airbag para peatones en la parte alta del capó, la alerta de cambio de carril involuntario, el asistente al arranque en cuesta, el climatizador, las llantas de 18 pulgadas y la alarma, entre muchos otros. Subiendo de nivel o bien en opción, encontramos un asistente al aparcamiento, el avisador de ángulo muerto, un enorme techo solar o faros de xenón.

La gama arranca en los 37.850 euros con el nuevo motor de 150 CV. Los precios con el bloque de 180 CV parten desde los 40.200 euros.