La tercera generación del compacto de Mazda es un vehículo muy equilibrado, que además se puede adaptar a perfiles distintos gracias a su oferta mecánica y a las dos carrocerías disponibles, de cinco puertas y sedán de cuatro. En cuanto a los propulsores, el nuevo Mazda3 está disponible de momento con un motor diesel de 2,2 l. de cilindrada y 150 CV y tres de gasolina, un 1,5 l. de 100 CV y dos 2,0 l. de 120 y 165 CV. En todos los casos, la tracción es a las ruedas delanteras, y las cajas de cambios son manuales de seis velocidades. Hay en opción un cambio automático también de seis marchas para el motor de gasóleo y el gasolina de 120 CV. Nosotros hemos tenido la oportunidad de probar un Mazda3 con la carrocería de cinco puertas y el interesante propulsor de gasolina de acceso que rinde 100 CV.

Con un diseño mucho más atractivo que la anterior generación, el modelo nipón se coloca por tamaño como uno de los más grandes de su categoría con sus casi 4,50 m. de longitud (la versión sedán mide 4,59 m.), por eso el interior es una de sus bazas por habitabilidad en cualquiera de sus asientos. Nos fijamos especialmente en los traseros, importantes en un formato de cinco puertas, cómodos y amplios, que además se pueden abatir para que el maletero pase de tener de 360 litros de capacidad a más de 1.200 litros.

Delante, el puesto de conducción tiene todo a la mano y el tablero de instrumentos es muy completo y futurista, con tres secciones separadas que mezclan información analógica con digital (dependiendo del acabado, la configuración es distinta) y puede tener un sistema de iconos proyectados en una lámina delante del parabrisas. Los asientos tienen un mullido duro, mejor para soportar el paso de los kilómetros, recogen muy bien la espalda en curvas y además permiten una buena postura al conductor gracias a las múltiples regulaciones de la banqueta y el respaldo. El salpicadero es sobrio y con clase, un poco al estilo ´alemán´ y la pantalla que lo preside puede ser de dos tamaños y táctil en función de la versión. Se maneja a través de un mando muy accesible situado entre los asientos.

Para quien prefiera una mecánica sencilla y no vaya con mucha carga, el propulsor de gasolina de 1,5 litros y 100 CV será suficiente, más aún si tenemos en cuenta los límites de velocidad actuales. Es en todo momento suave y silencioso, y a ritmo tranquilo, haciendo caso del indicador de marcha recomendada, las cifras de consumo son bastante buenas. Homologa una media de 5,1 litros por cada 100 km, a nosotros nos ha subido un poco más en conducción mixta de carretera y ciudad, pero dentro de un margen satisfactorio. El propulsor va unido a una caja de cambios manual de seis marchas, con una palanca de muy buen tacto (el esperado en los modelos de la marca con este tipo de transmisión), de recorridos cortos y movimientos precisos. Por el desarrollo del grupo final y la potencia del motor, hay que recurrir a marchas intermedias para llevarlo alegre de vueltas si queremos una conducción rápida. En ese caso, el Mazda3 es divertido, muy aplomado al poder digerir más potencia y el comportamiento es neutro y confiable. La dirección nos ha gustado especialmente, tiene asistencia eléctrica y guía muy bien al coche. Sus hermanos más potentes pueden montar llantas de hasta 18", con lo que ganan en precisión; nuestra versión de 100 CV monta de serie llantas de 16", que sacrifican un poco ese tacto para ganar en comodidad, uno de los aspectos más a valorar dado el planteamiento del coche.

Existen tres niveles de equipamiento (´Pulse´, ´Style´ y ´Luxury´) que se asocian dependiendo de la mecánica. Para este rango de potencia, el Mazda3 se puede adquirir con los dos primeros con un precio de 17.750 y 19.800 euros, respectivamente. De serie, el primero de ellos monta aire acondicionado, equipo de audio de cuatro altavoces con mandos en el volante y conexiones auxiliares, asistente al arranque en pendientes, ordenador de viaje y control de presión de ruedas, entre otros. El siguiente nivel, el de nuestra unidad de pruebas, ´Style´, suma a lo anterior una pantalla táctil en el salpicadero de 7", programador de velocidad, llantas de 16", manos libres ´Bluetooth´ y dos altavoces más para el equipo de audio, climatizador doble o reposabrazos trasero.

El Mazda3 1.5 SKYACTIV de 100 CV acelera hasta los 100 km/h desde parado en 10,8 segundos, y alcanza una punta de velocidad de 182 km/h. El consumo medio homologado es de 5,1 litros y las emisiones de CO2 son de 119 gr/km.