Tercera generación del compacto español y tercera entrega de su versión más prestacional, esta vez ampliando su catálogo a dos niveles de potencia y aprovechando las dos carrocerías existentes de la gama actual, tres puertas ´SC´ y cinco. Pero la cumbre de la familia León no se queda ahí: también se erige como el SEAT de producción más potente de la historia.

Con una estética más bien discreta, una ventaja para muchos o quizá un inconveniente para los que les gusta ´dar el cante´, la variante Cupra se distingue de sus hermanos de gama por unas llantas de 18 ó 19 pulgadas, las pinzas de freno, varios aditamentos aerodinámicos y, cómo no, el apellido ´Cupra´ en mitad del portón trasero.

En cuanto al propulsor, SEAT recurre al fantástico bloque de dos litros de cilindrada de gasolina, con turbo, que rinde 265 y 280 CV, para las dos versiones disponibles. Es el mismo motor, pero cambia su gestión electrónica. También, la más potente incluye diferencias estéticas, como las llantas de 19", un pequeño alerón en la zaga, pinzas de freno más grandes y pequeños detalles del interior. En lo puramente mecánico, ambas variantes tienen la misma cifra de par, 350 Nm desde sólo 1.750 rpm, y aceleran desde parado hasta los 100 km/h en 5,9 y 5,8 segundos, respectivamente. Los dos tienen la velocidad punta limitada electrónicamente a 250 km/h. Hay dos cajas de cambios para elegir, la de serie, manual de seis marchas y una de doble embrague ´DSG´, también de seis (muy recomendable) por unos 2.000 euros más. Por último, sorprenden los datos de consumo, que son muy relajados para un deportivo de estas características: homologa una media de 6,6 litros por cada 100 km (6,4 litros con el eficiente cambio DSG). Nosotros hemos tenido la oportunidad de probar a placer un León Cupra 280 CV, con la caja de cambios DSG y en la carrocería de tres puertas SC.

El León más radical no es para nada incómodo. Toma como punto de partida al compacto de SEAT, que es uno de los más interesantes de su categoría por comportamiento, espacio y dotación. A partir de ahí, los Cupra suman sensaciones deportivas que, por cierto, no tienen por qué salir si no las deseamos. En conducción normal, nuestro Cupra es agradable, gracias a la caja de cambios automática de doble embrague, que incluye modo secuencial con levas en el volante. A bajo y medio régimen, el motor apenas se escucha y el cambio DSG intenta engranar la relación superior para mejorar el consumo. Esto en lo que respecta al modo de manejo ´Confort´ del sistema ´SEAT Drive Profile´ (de serie), en el que un botón en el salpicadero permite cambiar los perfiles de conducción entre el ya mencionado y los ´Sport´, ´Individual´ y ´Cupra´. Así, la respuesta al acelerador, las leyes de gobierno de la caja automática, suspensiones (son adaptativas, también de serie) e incluso el sonido del motor, se pueden variar para adecuarlos a cualquier momento y trazado.

Puestos a enseñar los dientes, y este León los enseña muy bien, el Cupra demuestra su valía de una forma que puede hacer palidecer a algunos deportivos de mayor precio y potencia. Casi sorprende más por la puesta a punto de su bastidor que por las reacciones de un propulsor magnífico, que sube de vueltas como un demonio, desde la zona baja hasta el corte en las 6.500 rpm. La unión con el cambio automático es casi perfecta, por lo que lo recomendamos teniendo en cuenta el nivel y las prestaciones del coche. Además con esta opción se le añade el sistema de arrancadas ´Launch Control´, cuyo efecto es el de conseguir la máxima aceleración saliendo desde parado, permitiendo cierto derrape en las ruedas. Noble de reacciones, hace gala de una motricidad hasta ahora desconocida para un coche exclusivamente de propulsión delantera. A ello ayuda (y de qué manera) el autoblocante delantero, más evolucionado que en el León Cupra anterior, y que es capaz de repartir el par entre las ruedas de ese eje para maximizar el agarre. La suspensión fomenta la pisada firme, pero en sus niveles más deportivos no resulta del todo incómoda. El placer de trazar curvas en tramos sinuosos es para recordar. Encima, pensando en conductores menos diestros, el coche acompaña y perdona errores, por el eje trasero casi imperturbable y una dirección que dice lo que hay debajo y ordena y manda en la trayectoria del vehículo. Los frenos no defraudan, detienen el coche antes de lo que pensamos, y además no dan muestras de mucha fatiga cuando se les pide demasiado.

El SEAT más potente de la historia tiene un equipamiento del más alto nivel. De serie, además de los elementos que hemos mencionado ya (amortiguadores de dureza variable o el sistema que cambia los modos de conducción), tenemos los faros de Led´s para todas las funciones (incluidas las de marcha diurna), llantas de 18" (en el Cupra 280 CV son de 19"), un sistema multimedia con navegación y pantalla táctil de 5,8" (´Media System Plus´ con ocho altavoces), ambientación interior con Led´s, climatizador doble, siete airbags (incluido uno de rodilla para el conductor), control de velocidad, etc... El listado se puede completar con el asistente al cambio involuntario de carril, los asientos de alcántara o unos tipo ´bacquet´, el control de velocidad con radar, o el asistente al aparcamiento, entre otros.

El SEAT León Cupra SC cuesta 31.900 euros en la versión de 265 CV; 32.500 euros para el de 280 CV. Ya hemos dicho que el cambio DSG encarece unos 2.000 euros, y la carrocería de cinco puertas tiene un sobreprecio de unos 400 euros sobre la SC.