El Cartagena sumó su segundo triunfo consecutivo en Talavera en un partido extraño pero que, en líneas generales, dominó de principio a fin. Los pupilos de Juan Ignacio Martínez dominaron en la mayoría del tiempo, haciendo una gran exhibición de ataque que pudo reportarle al menos cuatro goles, aunque luego estuvieron a punto de pagar caro los despistes de los primeros diez minutos de la segunda parte. Al final, todo quedó en un susto y el Cartagena que sigue sumando.

Este primer partido de la temporada en el Municipal de El Prado había levantado muchísimas expectativas en los aficionados talaveranos, confiados en que el nuevo equipo iba a hacerles olvidar la mala campaña pasada. La primera piedra de toque era nada más y nada menos, que quizás el máximo favorito para ascender de categoría, un Cartagena que llegaba a Talavera con todo su plantel de grandes incorporaciones y que iba a servir para tomar la medida del equipo blanquiazul.

Nada más comenzar, el conjunto cartagenerista ya empezó a avisar de lo que se iba a encontrar en Talavera. Y esa actuación fue el detonante del despertar local, al menos durante quince minutos.

Los últimos diez minutos fueron los mejores albinegros. Demostraron lo que se preveía con un recital de jugadas a la contra que acabó con una ventaja de 0-2 pero que podría haber acabado con el partido más que finiquitado. Sívori avisó en el minuto 34 con un remate al palo pero, dos minutos después, Molist aprovechó una afortunado despeje para marcar a placer el 0-1.

Cuatro minutos después, con el Talavera noqueado, Molist sirvió un pase de la muerte a Sívori que Juli Ferrer envió por error al fondo de su propia portería.

En el 43, sigue el recital cartagenero cuando Molist sirve de nuevo Sívori que se plantó solo ante Santi Calvo aunque éste le sacó un nuevo mano a mano. Y en plena tromba visitante, Natalio se plantó solo ante el meta local aunque de nuevo éste volvió a salir triunfante del envite. Así acababa la primera parte.

En la reanudación, comenzó bien para los talaveranos, muy perdidos la final de la primera. Parece ser que los ánimos infundidos por el entrenador local surgieron efecto y, en tres minutos, Bayarri puso la incertidumbre en el marcador al aprovecharse de una galopada de Lafuerza para batir de disparo raso y cruzado a Caballero. Aún así el Cartagena no se echó atrás. En ningún momento, se olvidó de que su fuerte era el ataque y, en seguida, Molist volvió a probar fortuna con un remate que detuvo Santi Calvo. El resto de esta segunda parte fue un querer y no poder talaverano ante un Cartagena con mucho oficio, que de jugar así puede dar muchas alegrías a sus aficionados.