Los once fallecidos en Riba de Saelices el pasado domingo en las labores de extinción del incendio que ha quemado 12.000 hectáreas de la provincia de Guadalajara fueron ayer despedidos en diferentes funerales en una jornada en que el gran fuego que se inició el sábado quedó reducido a focos intermitentes.

Tras darse a conocer las identidades de las once víctimas en el tanatorio de Nuestra Señora de la Antigua de Guadalajara, donde se encontraban desde el lunes, ayer se procedió a la incineración y entierro de sus cuerpos.

Por la mañana, en la iglesia de San Ginés de la capital guadalajareña se despidió a Luis Solano Montesinos, de 35 años, a cuyo funeral asistieron el secretario general del PP, Angel Acebes, y el presidente del PP de Castilla-La Mancha, José Manuel Molina, dado que Solano era hijo del que fuera presidente de AP entre 1977 y 1981 en la provincia.

También por la mañana en el tanatorio de la capital fueron incinerados los restos de Marcos Martínez García, de 23 años, en un sencillo acto en que su madre María Ángeles García Moreno, delegada de Educación en Guadalajara, estuvo acompañada por el consejero de Educación y la de Cultura, José Valverde y Paz López, y el alcalde de la ciudad, Jesús Alique. Además de en Guadalajara, otras localidades de la provincia, como Jadraque, Humanes, Socuéllamos (Ciudad Real), Mariana (Cuenca) y Madrid acogieron los funerales y sepelios de los fallecidos.

Durante la jornada también se sucedieron en la región concentraciones sindicales en recuerdo de los fallecidos y CC OO y UGT anunciaron que hoy solicitarán una comisión de investigación que estudie el accidente que costó la vida a estos once trabajadores. Además, las más de 2.500 personas que trabajan en los retenes forestales de Castilla-La Mancha secundaron el paro de media hora convocado por CC OO y UGT en señal de duelo.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció ayer que en el próximo Consejo de Ministros se aprobarán medidas de protección "severas" de los bosques y sanciones para quienes las violen, así como el refuerzo de la coordinación entre las distintas Administraciones.

Por otro lado, la Consejería de Medio Ambiente informó de que el incendio había quedado reducido a la aparición intermitente de focos que se reavivan dentro de la zona de control, al apagarse durante la noche los frentes de avance de las llamas, y que se esperaba poder acabar con el fuego, si no se levantaba un viento fuerte.

Juan Carlos Mollejo, abogado del excursionista imputado por este incendio, manifestó a Efe que su defendido, M.H.S., se encuentra "muy afectado" por lo ocurrido, aunque cree que el fuego "no tuvo su origen en la barbacoa" que estaba haciendo, y explicó que habían pedido permiso al guía de la cueva para hacerla y que éste les facilitó unas piñas y troncos que sacó de su casa.

Sin embargo, Emilio Moreno, el guía de la cueva de los Casares, negó este extremo y reiteró que les dijo a los excursionistas que "era una temeridad" hacer la barbacoa con el día que hacía y negó que les facilitara leña.

La actuación para atajar el incendio en sus primeros momentos siguió siendo ayer objeto de polémica. El diario 'El Mundo' publica una entrevista con el presidente de la Junta, José María Barreda, que dice que la respuesta al incendio de Guadalajara fue "rápida", pero que el "viento superior a 50 kilómetros hora con dirección variable y una temperatura por encima de 30 grados" desbordaron a los medios encargados de extinguirlo.

El portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, sin embargo, habló de "retraso, descoordinación y fallos" en la gestión del incendio y advirtió al Gobierno central que "no se puede esconder detrás de la Junta de Castilla-La Mancha ni de los excursionistas" ante la "mayor catástrofe ecológica de España que se ha cobrado 11 vidas", pese a que Acebes y Molina, tras un funeral por una de las víctimas, decían que ayer era día de estar con las familias y no de pedir responsabilidades.