Los vecinos de Javalí Nuevo que habitan en la parte limítrofe de la pedanía murciana con el municipio de Alcantarilla son víctimas de las molestias que crea un asentamiento de personas de etnia gitana que viven en caravanas desde hace una década. Los vecinos denuncian que sus habitantes acumulan basura durante meses y que el asentamiento se ha convertido en un nido de ratas y pulgas.

El problema es la ubicación, ya que las calles San Bernabé y San Bartolomé son dos perpendiculares que presentan la curiosa particularidad de tener una acera en Alcantarilla y la otra en Murcia. Esta situación fue la que provocó que unas caravanas que se establecieron de forma ilegal en un solar cercano hace diez años pasaran desapercibidas a las autoridades de ambos municipios.

Los vecinos aseguran estar hartos de que sus casas tengan que permanecer cerradas para evitar que penetren en ellas los malos olores que provienen de las caravanas, donde sus habitantes acumulan basura, pese a que tienen unos contenedores a escasa distancia. Tal y como denuncia una vecina, que ha preferido no desvelar su identidad por temor a represalias, "les pilla más lejos el jardín de donde sacan el agua que los contenedores de basura".

Esta acumulación de inmundicias se agrava cuando los dueños de las caravanas destruyen la basura prendiéndole fuego, lo que, según los vecinos, ocurre con cierta periodicidad: "La ceniza se nos mete por las rendijas, tenemos que cerrarlo todo y aún así siempre está la casa llena de malos olores y cenizas". Esta vecina se lamenta de que "nosotros pagamos nuestros impuestos para tener las cosas limpias y otros que no pagan nada lo llenan de suciedad".

Pero la cosa no queda ahí. La acumulación de basura ha atraído además a ratas y pulgas que salen huyendo cuando queman la basura y penetran en las casas de los vecinos y en el colegio. "Los críos venían llenos de pulgas, porque están en un descampado cercano al colegio".

Hace cuatro meses, los vecinos presentaron un escrito al ayuntamiento de Alcantarilla, que es el término municipal al que pertenece el solar, y aún no han recibido respuesta. Sin embargo, según ha podido saber esta redacción, ante la solicitud de los vecinos, la Policía Local de Alcantarilla procedió a identificar al propietario de los terrenos en que se encuentran ubicadas las caravanas y después se efectuó el requerimiento para que procediera a su desalojo.

Por su parte, los servicios sociales del Ayuntamiento están efectuando un seguimiento de estas familias, cuyos hijos se encuentran escolarizados en el mismo colegio que padece las estampidas de insectos y roedores cuando queman la basura en el asentamiento.