Indonesia, el tercer país más afectado por la filtración de información en cuentas de Facebook, libra su propia guerra propagandística en las redes sociales que abanderan grupos como el Ciberejército Musulmán (MCA en inglés), con conexiones con el radicalismo islámico.

Los servidores de la consultora política británica Cambridge Analytica contienen los datos de casi 1,1 millón de usuarios indonesios, según el cálculo de la compañía de Mark Zuckerberg, una cifra reducida en comparación con el total de usuarios en el país asiático, que supera los 115 millones.

Las revelaciones han provocado que el ministro de Comunicación e Información, Rudiantara, exigiese a principios de abril una auditoría interna del gigante tecnológico y que la Cámara Baja convocase el martes a una audiencia pública a representantes regionales y nacionales de Facebook.

"Afrontamos ahora las elecciones de 2018 y las presidenciales de 2019. ¿Cómo podéis convencernos de que sois neutrales y de que los datos de los usuarios no van a ser usados por terceras partes?", preguntó la parlamentaria Evita Nursanty.

La preocupación de Nursanty puede estar motivada por las recientes detenciones en materia de ciberseguridad que han puesto en evidencia el auge de la influencia de los grupos islamistas radicales en el país con mayor población musulmana del mundo; el 88 por ciento de sus 260 millones de habitantes.

En marzo la policía Indonesia arrestó a catorce sospechosos de pertenecer al Ciberejército Musulmán (MCA en inglés), un grupo formado por células afiliadas independientes sin una estructura fija acusados de diseminar noticias falsas e incitación al odio.

El coordinador regional de la Red para la Libertad de Expresión en el Sudeste Asiático (SAFENET, en inglés), Damar Juniarto, indica que las actividades del Ciberejército Musulmán tienen conexión con partidos políticos, grupos islamistas y miembros del Ejército.

"No es fácil para la policía exponer a estos grupos. Puedo entender la situación en la que están porque el MCA también es apoyado por el PKS (el islámico Partido de la Justicia y Prosperidad) y el (grupo islamista) FPI, Frente de Defensores del Islam" dijo a Efe Juniarto en conversación telefónica.

El conjunto de habilidades de MCA incluye "doxing", acceder a la información privada de alguien y exponerla con fines maliciosos o hackear cuenta inactivas o de personas difuntas para publicar desde ellas contenido, entre otros.

El coordinador de SAFENET estudia el colectivo desde que apareció en su forma actual entre el 4 de noviembre y el 2 de diciembre de 2016, periodo en el que comenzaron las protestas contra el exgobernador cristiano de Yakarta Basuki Tjahaja Purnama, que fueron lideradas por el FPI.

Purnama, más conocido como Ahok y socio político del presidente de Indonesia Joko Widodo, fue imputado en noviembre de 2016 y condenado en mayo del año pasado a dos años de prisión por blasfemar contra el islam.

Las manifestaciones, las más masivas que se recuerdan en la capital en la última década, unieron en la defensa de la religión musulmana a los rivales políticos de Ahok y a los grupos islamistas y provocaron su derrota en los comicios a gobernador de Yakarta en 2017.

El Gobierno indonesio ha reaccionado potenciando los departamentos contra el cibercrimen de las fuerzas de seguridad y con la creación de la Agencia Nacional del Ciberespacio y Encriptación, que inició sus actividades en enero.

Aún así, Juniarto advierte que el Ciberejército Musulmán sigue activo, en particular en las provincias más pobladas de Java Occidental, Java Central y Java Oriental.

"Como las figuras políticas y fundadores detrás de MCA todavía tienen que ser revelados, parece que vamos a enfrentar dos años turbulentos y divisorios en el futuro", lamenta el experto indonesio.