El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este viernes que retira su aval del acuerdo nuclear con el "régimen fanático" de Irán y ha amenazado con romperlo definitivamente en cuestión de meses: "En caso de que no logremos una solución con el Congreso y nuestros aliados, cancelaremos el acuerdo".

Trump ha comparecido en la Casa Blanca para anunciar lo que ya era un secreto a voces; que no puede certificar que Irán esté cumpliendo con el trato suscrito en 2015. Para el actual presidente norteamericano, se trata de "uno de los peores y más unilaterales acuerdos en los que se ha implicado nunca Estados Unidos", como ha venido defendido durante los últimos meses.

Asimismo, ha dado por confirmado que Irán ha cometido "múltiples violaciones" de sus compromisos, por lo que deja ahora en manos del Congreso la supervivencia del pacto. Los legisladores deberán proponer un endurecimiento de los requisitos exigidos a la República Islámica de cara a discutir de nuevo un documento que todas las partes salvo Estados Unidos ven imposible de renegociar.

El Congreso obliga al presidente a pronunciarse cada 90 días sobre su certificación al acuerdo y, aunque Trump ya lo ha hecho en dos ocasiones desde que llegó a la Casa Blanca, en esta ocasión ha instado a los legisladores a enmendar el texto para poner 'líneas rojas' "muy firmes" que impliquen "automáticamente" la imposición de sanciones en caso de que Irán incumpla, según explicó previamente el secretario de Estado, Rex Tillerson.

Entre los requisitos de obligado cumplimiento figurarían no sólo la contención del programa nuclear iraní, sino también otras actividades que Washington considera problemáticas como el programa de misiles balísticos o la connivencia con organizaciones terroristas, según Tillerson.

Trump, no obstante, que es partidario de dirigir el foco a la Guardia Revolucionaria, de tal forma que la poderosa institución de la República Islámica quede sujeta a posibles sanciones. Aunque no da el paso de incluirla en la lista de organizaciones terroristas, sí que ha instado al Departamento del Tesoro a estudiar posibles castigos si se asume que apoya actividades terroristas.

El secretario del Tesoro estadounidense, Steven T. Mnuchin, ha alegado en un comunicado que la Guardia Revolucionaria "ha desempeñado un papel clave para que Irán se convierta en el principal Estado patrocinador del terrorismo", en particular por sus supuestas relaciones con Hezbolá, Hamás y los talibán. También ha recriminado su apoyo a la "brutal violencia" del régimen sirio.

Estados Unidos tiene previsto hablar con sus socios europeos de este tema con el objetivo de que también adopten castigos si comparten las mismas "preocupaciones" en relación a instituciones como la Guardia Revolucionaria, en palabras de Tillerson.

Nueva estrategia

Trump ha culminado este viernes la "completa revisión estratégica" que ordenó en relación a Irán, un régimen que no ha dudado en calificar de "fanático" y de "dictadura" en su comparecencia. El objetivo, ha alegado es garantizar que el país nunca --"insisto, nunca"--, logra fabricar armamento atómico.

El mandatario norteamericano se ha retrotraído a la Revolución Islámica de 1979 para repasar todos los agravios y amenazas cometidos por Irán durante estas últimas décadas. "En vista de su pasado y presente asesinos, no deberíamos tomarnos a la ligera la visión siniestra del futuro", ha sentenciado.

Trump, que ha situado tanto a Estados Unidos como a Israel en el punto de mira de Irán, ha esgrimido que el acuerdo nuclear que ahora quiere revisar supone u salvavidas político y económico para el régimen de los ayatolás.