Las partes implicadas en las negociaciones para la reunificación de Chipre y el secretario general de la ONU, António Guterres, han determinado cuáles son los elementos que deben constituir un acuerdo que ponga fin a cuarenta años de división y que la dos comunidades de la isla se sientan seguras.

Así lo anunció hoy mediante un comunicado el portavoz de Guterres, quien especificó que las líneas directrices de un futuro acuerdo fueron decididas en un encuentro ayer por la noche.

"En un encuentro positivo, orientado a resultados, entre el secretario general y los jefes de delegación, surgieron con claridad los elementos esenciales de un paquete que pueda llevar a un acuerdo global en Chipre", reza el texto.

El máximo responsable de la ONU se unió a las negociaciones ayer, tras dos días de fructíferas discusiones, pero que habían encallado e incluso casi descarrilado la víspera.

El texto indica que Guterres mantuvo una serie de discusiones "altamente constructivas" con el líder grecochipriota, Nicos Anastasiades, y con el turcochipriota, Mustafa Akinci, así como con los representantes de los tres poderes garantes de la independencia de Chipre: Grecia, Reino Unido y Turquía, y con la Unión Europea, que actúa como observador.

Guterres partió hoy de la localidad de Crans-Montana, donde tienen lugar las discusiones, pero dijo que sigue "completamente comprometido" en encontrar una solución.

El resto de participantes proseguirán en el municipio de los Alpes suizos y continuarán negociando hoy y la próxima semana, aunque fuentes cercanas a la negociación sugirieron que mañana será día de asueto.

El tono del comunicado de hoy es mucho más positivo que el demostrado ayer por Guterres en una rueda de prensa en la que quedó claro que las posiciones de las partes están muy alejadas, y la mayoría de los aspectos claves están aún pendientes y sin visos de solución a corto plazo.

El secretario general sostuvo que las partes habían mostrado "flexibilidad" y compromiso en estos dos días de negociación, pero lamentó que el avance "sea muy lento" y que por lo tanto "queden aún muchas cosas importantes por resolver".

La negociación sigue centrada en el tema de cómo asegurar que las dos comunidades se sienten seguras tras la reunificación y sientan que sus derechos son completamente respetados.

Turquía ocupó el norte de Chipre en 1974 tras un golpe de Estado perpetrado por elementos grecochipriotas con la intención de producir la "enosis", es decir la anexión de la isla por parte de Grecia.

Desde entonces, Turquía mantiene acantonados 35.000 soldados en el norte de Chipre, cuya total retirada exigen Atenas y Nicosia, mientras que Turquía quiere solo una retirada parcial inicial, y el resto de forma paulatina.

Los líderes helénicos insisten en que quieren una retirada total de las tropas turcas, a lo que Ankara responde que es una demanda totalmente irreal pensar que se va aniquilar el sistema de garantías que ha estado establecido en la isla desde la independencia del país en 1960.

Turquía también rechaza que la ONU mantenga un rol de control del acuerdo e incluso la posibilidad de una fuerza de paz internacional, porque no confía en que puedan aportar la seguridad que la comunidad turcochipriota necesita.