Un bebé de 7 meses natural de Beveren (Bélgica) ha fallecido después de que sus padres le impusieran una dieta sin gluten. Los progenitores, dueños de una tienda de comida natural en su pueblo, insistieron en alimentar al bebé con leche de quinoa tras autodiagnosticar a su hijo como intolerante al gluten y alérgico a la lactosa.

Esta dieta provocó una acusada pérdida de peso del bebé, pese a lo cual los padres nunca consultaron con ningún médico. Finalmente, el bebé falleció. La autopsia ha determinado que su estómago estaba vacío.

Esta semana, los padres han sido juzgados, en un proceso que ha puesto de manifiesto que ningún médico ni los servicios de protección infantil habían visto nunca al bebé.

"Nunca llevamos a Lucas a un médico porque no notamos nada inusual", se defendió el padre de Lucas, Peter. Su madre, Sandrina, añade entre lágrimas: "A veces ganaba un poco de peso y otras veces lo perdía. Nunca deseamos la muerte a nuestro hijo".